La marcha del coronel Bogey es una melodía musical compuesta en 1914 por el que fue director de la banda de la Royal Marines, de Plymouth (Reino Unido), el teniente Frederick J. Ricketts, que la compuso inspirándose en los silbidos que realizaba un alto oficial británico cuando jugaba a golf. De hecho, bogey es una expresión golfística, acuñada desde entonces en memoria de dicho coronel, que se aplica al doble par. Poco sé más de este militar -además de haber dejado para la historia su apellido asociado al golf-, pero sí de lo que han dado de sí sus silbidos, ya que la marcha de Rickett fue en la que se inspiró años después el compositor británico Arnold H. Malcom para caracterizar musicalmente una de las películas del género bélico más laureadas de los años cincuenta, El puente sobre el río Kway. Aquella marcha original estuvo acompañada desde sus inicios por una una variedad de letras, entre sarcásticas y groseras, que se fueron diluyendo hasta que, en los inicios de la Segunda Guerra, los británicos le dieron un nuevo contenido con el título Hitler sólo tiene una bola, en alusión a que al Führer le faltaba un testículo, al parecer perdido en una acción militar en la primera contienda.
Dicho esto, me quiero centrar en la película, que como tal es una ficción -aunque inspirada en un episodio real- salpicada de imaginación y rodada en escenarios muy diferentes. Galardonada con siete oscars, El puente sobre el rio Kwai fue dirigida por David Lean y se centra fundamentalmente en dos protagonistas, un coronel británico rehén de los japoneses y un comandante nipón, que obliga a sus prisioneros a levantar un gigantesco puente ferroviario sobre el río Kway -en la Tailandia ocupada- para el paso de las tropas imperiales, que finalmente es volado con dinamita. El militar británico representa el bien y el japonés el mal, pero eso es en la película -basada en una novela del francés Pierre Boulle- porque los protagonistas verdaderos, el teniente coronel de Ingenieros Philliy Tossey y el sargento-mayor Saito -ambos nombres reales- se admiraban. Tanto es así que el testimonio del británico en el consejo de guerra abierto al japonés le salvó de la horca, lo que este último agradeció años después viajando al Reino Unido a orar ante su tumba.
La película se rodó en Ceilán y en Inglaterra, pero el escenario real donde sucedieron los hechos -en la provincia tailandesa de Kanchanaburi- es hoy día un hermoso lugar de la Naturaleza habilitado para el recuerdo de quienes dieron su vida en aquella terrible guerra. Yo viajé al río Kwai y a las selvas por donde discurre su cauce en agosto de 2003, en un recorrido por Tailandia que me llevó desde Pukhet (antes del tsunami) hasta la frontera con Birmania. Los tailandeses han hecho una réplica -también de hierro- de aquel puente que voló por los aires, pero desplazado de su primitiva localización y sobre una vía muerta. Está ubicado en un paraje de frondosa vegetación, al que se accede en un pequeño ferrocarril de pasajeros, con vagones de madera y que los lugareño llaman tren de la muerte en recuerdo de aquel otro. Es un ferrocarril que procede de la estación de Kanchanaburi, se detiene en Nam Tok, junto al río, y sigue después hacia Tamkrase, por un puente vecino ya sin historia. En la construcción del puente original, levantado entre 1942 y 1943, murieron 16.000 prisioneros británicos, holandeses, norteamericanos, australianos, y neozelandeses, además de 90.000 obreros originarios de Tailandia, Birmania, Indonesia y Malasia. Y en Kanchanaburi, hoy repleta de casas y restaurantes flotantes sobre el Kwai, existe un cementerios de guerra con casi 7.000 tumbas de soldados aliados que perdieron su vida en aquella selva asiática. En ningún momento de mi estancia en aquel paraje escuché La marcha del coronel Bogey, pero el silbido de aquel pequeño ferrocarril con vagones de madera me descubrió que el puente sobre río Kwai -sea en la vida real o en la pantalla- comparte su triste historia siempre con la misma música.
Em cuanto lei Kwai me vinieron a la memoria aquellas escenas de la pelicula, de la que no recuerdo ni quien era el director ni quienes eran los actores pero si la melodia, Es muy impresionante todo lo que nos haces recordar y aprender con tu relato. y, me hago la pregunta?, Por que necesitamos un puente o algo que nos haga recordar a nuestros muertos. Gracias nuevamente por tu blog. Realmente lo disfruto
Me ha costado leer de seguido el final tu relato de hoy, ya desde el primer párrafo he sentido un nudo en la garganta y sabía que, antes de llegar al final, lloraría. Tienes una forma de escribir que llega y toca la fibra sensible de quien te lee pero, en este caso, no ha sido ésa la razón sino otra más personal aún: El puente sobre el río Kwai fue la primera película que recuerdo haber visto junto a mi padre, de niña, sentados los dos en sendos butacones frente al televisor, la primera vez que oir silbar a mi padre, acompañando a los soldados de Sir Alec Guinnes, la famosa melodía… la misma que a partir de entonces silbaba mi aita mientras yo marchaba tras él camino de la cocina, todos los días, cuando llegaba la hora de la cena. En fin, hacía mucho tiempo que no pensaba en ello y tu relato ha hecho salir a borbotones recuerdos de entre los más entralables de mi vida y que están asociados a la figura del Etxegoyen jefe. Y todo esto, por un puente lejano sobre un río de difcil nombre que te cautivó. Fernando, ya ves qué cosas nos haces?
La marcha era magníficamente contagiosa, recuerdo que en el desaparecido Cine Municipal, en Cádiz ,(ese que, en las paredes laterales, tenía murales de manolas vestidas de gitana, faralaes para el resto de España), la ponían al acabar la película de turno para que el público desalojara la sala lo más rápidamente posible; no salíamos del cine………….desfilábamos!
Cuando he leído tu relato, sin darme cuenta, he empezado a tatarear la melodia de esta gran pelicula , la he visto, aunque hace ya muchos años, varias veces. Me impresiona la cantidad de prisioneros, que murieron en la construcción del puente muchos de ellos britanicos, para que, finalmente los militares también britanicos mandaran volarlo, para mi esta pelicula ratifica lo absurda que es la guerra.
Yo recuerdo haber visto la pelicula junto con mis abuelos. Al leer tus líneas me he acordado perfectamente de la admiración y respeto que se sentían ambos contrincantes. La verdad es que escuchándote apetece estar allí e imaginarse la película aunque supongo es inevitable pensar en lo triste de los que dejaron su vida en la batalla real.
Esta pelicula y melodia me trae muchos recurdos de mi niñez, ya que despues de verla con la pandilla del pueblo, un domingo por la tarde en doble sesión con NODO incluido, jugamos mucho tiempo en los bosques cercanos a prisioneros y gusrdianes, marchas, etc, siempre silbando la cancion. tara taratata ta tara ,,,,
ahora ya de mayor la he visto varias veces más y siempre me emociona: los personajes, los actores, las vistas exteriores, etc. y siempre el recurdo de la mismsa cancion…
Muy bien Fernando, por hecernos recordar cosas del pasado, y del presente
Bonito recuerdo cinematográfico y viajero. Me pasa a menudo con tus post, que pienso en documentales narrados en primera persona.
¡ Que recuerdos tan lejanos ¡ Que película tan buena, la música impresionante. Y qué poco han cambiado las cosas desde entonces, las guerras terribles no cesan, y ,sigue habiendo prisioneros en inhumanas condiciones. Ojala¡ la replica del puente original, sirva como recuerdo del absurdo de las guerras.
Cuando he empezado a leer tu historia, aparte de no parar de tararear el típico silbido, no he podido dejar de recordar mi infancia. Mis padres son de Galicia y vivíamos en Barcelona, todos los años viajábamos de punta a punta de la geografía española, en aquellos trenes de madera, que cruzaban un sinfín de puentes que no sabias si volverías a pasar por su fragilidad, recuerdo también el olor a carbonilla, en fin que recuerdos me ha traído tu relato.
Hola Fernando, he tardado pero ya estoy aqui otra vez. Es que el fin de curso de Julio de los despachos de abogados es horroroso. Los juzgados sacan ahora todo lo que les ha quedado retrasado desde Septiembre, y encima con este calor!!!!! Tu artículo de hoy me ha hecho recordar que cuando pensamos en la segunda guerra mundial nos acordamos de Polonia, los campos de concentración, los bombardeos de Londres, Berlín, Dresde…el desembarco de Normandía…quizás por tenerlo más cerca, pero a veces creo que se nos olvida todo lo que sucedió en Asia, donde hubo tantos muertos o más que en Europa, pues los japoneses y luego los aliados también se aplicaron mucho. También me he acordado de mi padre, a quien le encantaba silbar, y éste era uno de sus temas estrella.
Hay películas y hay películas….
Cómo olvidar a William Holden como el Comandante Shears o, y quizás especialmente, a Alec Guinness como el Teniente Coronel Nicholson en el Puente sobre el RÍO Kwai… Hablo de la película, que permanece plasmada como calcomanía en mi memoria… Una joya de mi niñez…
Y la música, la marcha y el silbido del tren, ah! eso lo puedo escuchar tan sólo concentrándome unos instantes con los ojos cerrados cada vez que quiero…
Algún día seguiré tus pasos sobre el río Kwai…
No tengo el placer de haber disfrutado de esta película, al igual que tampoco he estado por esos parajes que rodean al río Kwai. Pero con este relato, así como con los comentarios de todas aquellas personas que se emocionan aún con esos tristes recuerdos, siento que tengo una cita pendiente. Sin duda, incluiré esta película en mi lista de títulos aún por visionar.
Nadie diría que un silbido tantas veces canturreado en las marchas militares tuviera un trasfondo marcado por la tragedia. Al margen de la pérdida de vidas humanas, la sintonía ha traspasado muchas generaciones y es raro encontrar a alguien que desconozca uno de los sonidos de referencia hollywoodiense. Lo más llamativo de este realizador británico es que David Lean ha conseguido que sus mejores realizaciones se conozcan con unos simples acordes de su banda sonora. Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago son claro ejemplo de su particular legado.
la apuntaré en mis lista de películas pendientes de ver.
La verdad es que no puede más que entrarme envidia ante la posibilidad de visitar un lugar así, tan remoto y hermoso. Me encanta el que aportes Fernando reminiscencias cinéfilas porque me encanta el cine y, sobre todo, conozco casi todos los clásicos. El rio kwai es una pelíocula redonda, para ver con la familia, y aúna el género bélico, con el carcelario y la guerra psicológica entre el guardian y el cautivo. A mi entender la película sí transmitió (disculpa si recuerdo mal) la admiración mutua entre los dos mandos, el japonés y el genialmente interpretado por Sir Alec Guiness. Quién no ha visto esa película? Quién no ha disfrutado con ella? Esa historia fue heróica y magistralmente interpretada
Hace dos veranos mi hermano viajó a Birmania y me dio mucha pena el que me contase que en ese país (una dictadura, claro) existía una de las autopistas mayores del mundo que nadie podía utilizar porque no tienen coches (¡¡¡) Qué horror, qué absurdos tenemos que sufrir, se limitaban a barrerla una especie de soldados del régimen. Esa dictadura creo que es solo tan absurda a la de Korea del Norte. Viendo que guardas aprecio por Oriente, creo que nos tienen mucho que enseñar pero también mucho que avanzar.
El teniente Ricketts también es conocido en el mundo musical militar como Kenneth Alford, que era su seudónimo. Se retiró de comandante y nos ha dejado numerosas composiciones militares, entre ls que recuerdo figura: “Ejército del Nilo”, que escribió en honor del general Wavel, ” Panamá Viejo” (trata sobre le canal) y “Escuadrón Águila”, dedicada a los pilotos americanos que se integraron en las RAF como avanzadilla de la implicación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
No recuerdo apenas escenas de la película, pero si la música , melodia que casi todos hemos silbado o tatareado alguna vez. Volvere a verla con mi familia ahora con mis hijos, gracias por recordar un clasico.
Por cierto, Fernando:
Tus lectores queremos saber cómo escoges tus temas… ¿Es la musa q aparece o tienes una suerte de calendario con temas?
Lo del río Kwai, por ejemplo, ¿porqué se te ocurrió?
Quedo con las preguntas en tu tintero…
Vi la magnífica película cinco veces, me impactó tanto la actuación de los actores de la misma (Alec Guinners,Wiliam Holden entre otros), como su música impresionante.
Una joya cinematográfica… Siete oscars lo dice todo.
Gracias por tu esplendido relato que hará que recuperemos este film y no lo olvidemos.
Me da mucha pena reconocerlo, pero comentando con mis amigos del rio Kwai , todos nos acordamos inmediatamente de la banda sonora de los actores y hasta alguno del director. Pero nadie de la verdadera historia y de la cantidad de seres humanos que murieron , Gracias por recordarmelo .
Solo recordaba la melodía. De la pelicula nada que era belica y no me gustaban.Pero al leer tu escrito, como siempre, me ha cautivado tengo que verla .Gracias Fernando
Es la pelicula favorita de mi madre . La he visto decenas de ve-
ces por no decir las veces que en casa de mis padres se ta-
rarea la musica.
Es una verdadera obra de arte y mas si nos situamos en los es-
casos medios que habia cuando se rodó.
Siempre me sorprenderá los recuerdos que una canción o una pelicula, te traen al cerebro. Besos y felices vacaciones.
La ví como cinco veces desde los 16 años (fecha de estreno) hasta los 60 años y cada vez sentí una impresión distinta. Jamás olvidaré la expresión del médico inglés luego de la voladura del puente “Madness, madness !” (Locura, locura !)