En 1991 Castro me expulsó de Cuba. Mis crónicas en El País no le gustaban. Llegaron unos policías al hotel con la orden en la mano. Fueron muy sutiles porque se agarraban a un procedimiento técnico. Estaba trabajando en la isla con visado de turista. Y eso violaba la ley. Entré en La Habana así porque en la embajada de Cuba en México llevaban semanas dándome largas con el visado de periodista. Y se celebraba en Santiago un importante congreso del Partido Comunista que requería mi presencia. Pero la cosa venía de antes. En anteriores visitas había escrito bastante de la disidencia interior. De las penurias de las familias cubanas ajenas al aparato. Recuerdo que Eduardo Barreiros, el amigo de Franco que fabricaba camiones, hizo lo imposible para evitar mi salida. Residía allí entonces Barreiros, intentando fabricar motores de agua. Nos teníamos afecto mutuo, pero el vivía al calor de Castro, que confiaba en su ingenio. Hizo gestiones en mi favor con el gallego Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros. Fernández no era gallego, sino de origen asturiano. De hecho tiene en su poder la medalla de oro de Asturias. Fueron gestiones innecesarias, porque tres días después un avión comercial me desembarcaba en Mérida (Yucatán), donde me esperaba una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, además de dos miembros del servicio secreto mexicano. Mi expulsión había abierto los noticieros de México -donde residía entonces-, El País la dio en portada y muchos periódicos extranjeros la destacaron entre sus principales noticias.
Veinticuatro horas antes me había precedido en la expulsión Joaquín Ibarz, corresponsal de La Vanguardia. Parecía que se inciaba una salida en serie de corresponsales, pero todo quedó en nosotros dos. En agosto último almorcé con Ibarz en Ciudad de México, recordando -ya con la calma del tiempo pasado- aquel episodio. Joaquín había escrito entonces que La Habana se había quedado sin gatos, que solían acabar en las barbacoas. Había hambre entre los habaneros para llevarse al estomago cualquier animal que corriera, pero nunca me atreví a contarlo. Porque me resultaba desagradable. Recargaba el sufrimiento. Pero era cierto. Me ha venido al recuerdo esto a raiz de la última noticia importante procente de La Habana. La decisión de Raúl Castro -que es quien manda allí ahora- de poner fin a las cartillas de racionamiento, penoso sistema que lleva implantado desde hace 47 años, pero que a los cubanos le resolvía la vida. Yo he visto largas colas de nativos ante las bodegas para proveerse de artículos alimenticios mediante este sistema, pero cada vez escaseaban más productos. Por cada cartilla de racionamiento, una familia cubana podía disponer en teoría de seis libras de arroz, una de frijoles colorados, cinco de azúcar, una de sal, otra de pasta y ocho huevos. También recibía una libra de pescado y otra de picadillo texturizado, además de cantidades ridículas de pollo, aceite, boniato, plátano y pan, esto último a pieza diaria. Esta canasta se acaba ahora, tal como anunció días pasados Raúl, pero también el sistema de comedores sociales, a los que acuden para alimentarse diariamente 3,4 millones de cubanos. Según Raúl, el sistema es irracional e insostenible. Lo que el diario Granma, órgano oficial de sistema, ha explicado -en lenguaje popular- asegurando que se trata de acabar con el síndrome del pichón. Abrir la boca para que te den de comer.
La Revolución cubana aportó importantes avances para la población, sobre todo en materia de educación y sanidad. Pero sus defectos fueron determinantes. Nunca quisieron reconocer los gobernantes de La Habana que en la isla se pasaba hambre porque era sinónimo de pobreza. Pero no sólo era una realidad, cuando no indigencia, sino que las familias se sentían desabastecidas, porque las cartillas de racionamiento alcanzaban hasta el décimo día del mes, siempre que se ajustaran equilibradamente las provisiones. Que apenas llegaban a la semana. Lo cierto es que Cuba, que siempre ha estado en precario, ahora que la crisis económica es global, la sufre más. Y los contables del Estado, que sí comen -y para bien-, han convencido a Raúl de que el ahorro de las finanzas públicas es necesario para la supervivencia de la Revolución. Así que, fuera cartilla y fuera comedores sociales (también llamados obreros). Lo que ya de por sí supone una cotradicción. Puesto que nacieron como logro revolucionario, sobre la base de los principios de igualdad a que debe estar sujeto el proletariado. Pero la Revolución en Cuba hace tiempo que ya no se la cree nadie. Probablemente sólo aquellos que viven de ella. Y es que los cubanos llevan años subsistiendo pese al Estado, haciendo trueques, sostenidos por una economía sumergida, dependiendo de las remesas del exilio. Pero el mayor problema de los abuelos que gobiernan Cuba con el pueblo no es el hambre, sino el permanente ataque a la dignidad de la persona. Recuerdo cuando a los nacionales les estaba prohibido acceder a los restaurantes de turistas. Y cuando después se les autorizó a entrar descubrieron un mundo que, pese a ser cercano, les resultaba extraño. Yo he visto a un niño de doce años tomar su primera coca-cola gracias a un turista, ante un padre humillado porque nunca antes pudo haber satisfecho así a su hijo. No quiero cargar las tintas contra Cuba, porque a esa isla la llevo en el corazón. Pero igual que las cartillas son de por sí un ataque a la dignidad humana, suprimirlas a la brava ahora es aún peor, porque va a ahondar las diferencias de clases, que sí existen pese a quien pese. Si el temor de sus gobernantes a integrar la isla en las democracias libres es creer que generará desequilibrios sociales en el país -traicionar por ende los principios de la Revolución-, dejar vacíos los estómagos de los cubanos hará la brecha más profunda. Porque ellos son ricos, pero estos serán cada vez más pobres.
Fernando, aunque no te escribo siempre, quiero que sepas que leo todo lo q escribes. Admiro a las personas que tienen la capacida de de escribir con el alma y a los que reciben el mensaje lo capten. Me encanta….. me imagino la cantidad de de historias que has vivido y espero que sigas brindandonos con sus experiencias. Y el de Cuba…… que te voy a decir. Ojalá un dia podamos servir “Cuba Libre” a todos, incluyendo a los cubanos. Saludos!
Tal vez habría que reforzar ahora la cobertura mediática de la isla. O quizás sea poco relevante… no sé, admiro a los cubanos y me entristece saber que pasan hambre por decreto. Me asusta pensar que esos abuelos que aún dirigen el país hayan afianzado en sus herederos el ataque a la dignidad de la persona como un principio de poder y todo continúe igual, o peor. ¿Será necesaria una nueva revolución?
Pude en Mexico conocer a varios Cubanos exiliados esperando por volver a ver a su amada Cuba LIBRE , pero casi todos han muerto en la espera . Tambien conoci a un chico muy joven que habia venido con una orquesta a Merida de ahi se escapo y por azares del destino acabo en mi casa dandonos a unas amigas y a mi clases de guitarra. Y, fue cuando me conto como vivian lo que sufrian y si mucha hambre pero sobre todo lo mas doloroso eran las humillaciones como seres humanos, Esto se les olvido a estos hombrecitos; estaban tratando con SERES HUMANOS. Y ahora se sacan de la manga (dicho muy mexicano) lo de la cartilla de racionamiento. Hoy si, mañana nooo a su antojo. Te felicito hoy mas que nunca por esto que has escrito, eres muy muy valiente. Gracias
Al regimen castrista sólo le queda una salida, la democracia. Y además al pueblo cubano le urge. Para saciar el hambre de comida y de libertad. Porque…
…todo sigue igual. Y en 2009, tal como están las cosas en Cuba, podrían repertirse las expulsiones de corresponsales extranjeros como la de Fernando en 1991. En las últimas décadas, el régimen sólo ha realizado pequeños gestos que en nada han modificado la falta de libertad de los cubanos.
CUANDO SALI DE CUBA…
TODO LO QUE DEJASTE SIGUE AHÍ
Y parece que las cosas difícilmente van a mejor. Para algunos está claro que “mejor” es un término desconocido.
Para los cubanos ha llegado otro mal momento. Mi imaginación, que pienso que da para mucho (para otros demasiado) ha visualizado el momento de la desaparición de Castro como un mejor para los cubanos, como una liberación de su miseria física y moral. O por lo menos de la moral. Castro, el amigo Fidel, no ha soltado todavía amarras. Y para cuando esto llegue, por mucho que se aferre al bote, ya hay un nuevo amarre preparado. Y no se atisba un mejor de la mano de Raúl. El país no está preparado para suplir las ayudas estatales. Los cubanos no tienen medios para ganar el pan que van a dejarles de proporcionar. Y esto es la primera dignidad. Este el primer instinto que sigue al de respirar, insatisfecho, imposible de satisfacer, puede ser una bomba. A saber a que espectáculo nuevo vamos a asistir en Cuba si Raúl Castro no juega bien sus cartas ya que él sí juega. Se puede permitir el lujo de jugar: tiene el estomago lleno.
Estuve en Cuba en 1984 vi una gran pobreza, los niños se quedaban mirando con perplejidad cuando alguno de nosotros sacaba un caramelo, un chicle o un boligrafo del bolso daba mucha pena, pero que siga ocurriendo lo mismo en estos momentos es algo inaudito.
En 1991 te expulsaron a ti por ejercer tu oficio con profesionalidad y valentía, casi 20 años después el P.C. sigue controlando los medios de comunicación. El Ministerio de Comunicaciones tiene la autoridad para bloquear el acceso a la red, si sus paginas tienen contenido contrario al régimen.
La falta de libertad sigue siendo la realidad en Cuba.
Hace bastantes años, conocí una familia cubana a quién Fidel Castro “invitó” a que todas sus empresas pasasen a ser propiedad del gobierno bajo pretexto de que pertenecian al pueblo.Tuvieron que emigrar con lo puesto. Tenían familiares en España y aquí aterrizaron. Pasados los años -aun no pueden volver a su pais ni de turistas- las reflexiones que se hacen despues de informaciones recibidas de amigos que siguen en Cuba sin posibilidad de salir de la isla, es que la incautación de sus empresas, y la de muchos empresarios, no sirvió de nada.Todas ellas cerraron a los pocos años de pasar a ser propiedad del pueblo por mala gestión de los militares, y siguen cerradas sin que se permita a ningún cubano con ayuda de capital extranjero, pueda seguir o crear en su lugar empresa alguna.
Todos los cubanos exilados sueñan con la muerte de Fidel, porque aunque quede Raul, los paises democráticos podrán presionar para la instaurar en su pais la democracia y poder volver a su pais.Ojala no sea solo un sueño.
Lamentablemente, Cuba no consigue levantar cabeza. La dictadura de Castro ha hecho mucho daño al país y no parece que el gobierno de su hermano vaya a solucionar el problema. Los habitantes llevan muchos años pasando hambre, una circunstancia que a los que dirigen el país parece no importarles, ya que esta última medida irá en detrimento de los cubanos. llevándolos a una ituación aún más lamentable
Es indignante cómo en algunos países ‘gobiernan’ dictatores con el total beneplácito de la comunidad internacional, mientras que en otros los intereses económico políticos llevan a intervenciones en nombre de la libertad, cuando en realidad quiere decir hipocresía. La situación de Cuba es insostenible, pero no interesa, ese es su problema. Llevan años así y así seguirán otros cuantos. Es lamentable
Es increíble como aún, en la época que estamos, hay personas que sufren una situación tan lamentable, como es el caso de los cubanos. Los habitantes de Cuba llevan años y años pasando hambre, y esta situación parece que no va a solucionarse, al menos a corto plazo. Y, sin embargo, nosotros continuamos quejándonos por pequeños detalles. Creo que, a veces, deberíamos pararnos a pensar en todo lo que se ha alcanzado en estos años y valorar más lo que tenemos los españoles.
Regis Iglesias
Tony Días
Librado Linares García
Nelsón Molinet Espino
Ricardo Silva Gual
Alfredo Pulido López————————————————————————————————————————————————————————————————-
Ellos pasan hambre, frío, carecen de lo mas básico, están sometidos a un trato vejatorio constante por sus carceleros.
Ellos tampoco ven el sol, están en celdas de tres metros y solo pueden ver a su familia cada tres meses.
¿ Por cuanto tiempo?
Todo aquél que ha estado en Cuba, en la Cuba de los cubanos, en la Cuba que viven sus ciudadanos día a día, reconoce perfectamente lo que expones en tu comentario.
Los cubanos son personas buenas y alegres y viven su pobreza con dignidad y resignación por sentirse incapaces de cambiar su situación por culpa de la fuerte opresión practicada por el Estado y las represalias dirigidas tanto a los transgresores como a sus familias.
Sus carencias son de toda índole, y más aún si te alejas de La Habana.
Para ir a su puesto de trabajo, cuando falla el transporte público, lo que sucede en infinidad de ocasiones, deben desplazarse haciendo autoestop. Recuerdo con ternura, que pasando unos días en Cienfuegos, a la vuelta de una de las excursiones recogimos a un joven médico, a dos estudiantes y a un agricultor que, en señal de agradecimiento, nos obsequió con tres mangos, que tuvimos que aceptar por no ofenderle. El único autobús que cubría la zona estaba estropeado por lo que carecían de transporte público. El médico que trabajaba en Cienfuegos, llevaba 6 horas haciendo autoestop, el agricultor unas 5 horas y los estudiantes llevaban únicamente 3 horas esperando.
Hablando con autoestopistas, taxistas y personal que atiende al turismo, te enteras de la precariedad y falta de libertad que sufren.
Vivimos una experiencia que no olvidaré. Estábamos en La Habana, tomando un refresco en una bodeguita frecuentada por turistas, escuchando a un pequeño conjunto ubicado en una esquina de la barra justo delante de la entrada, cuando de repente se abrió la puerta y entraron aceleradamente, arrollando a cualquiera que se les pusiera por delante, dos hombres vestidos de uniforme con unas bolsas en las manos dirigiéndose hasta el interior del local. Con la misma precipitación con la que habían entrado, salieron hacia un furgón blindado parado delante del establecimiento, custodiado por varios policías armados con fusiles, depositando unas bolsas en un agujero del furgón.
Creí que era un atraco. Pero se trataba de la recogida de la recaudación del bar realizada por la policía (o por una policía especial dedicada a la recaudación). Fue sobrecogedor.
Viven, o mejor resisten gracias a la economía sumergida, que proviene casi exclusivamente del turismo.
En Cuba lo que han repartido es la pobreza y si ahora eliminan las cartillas de racionamiento ya no les quedará nada por repartir, sólo les espera la miseria.
Los cubanos son gente buena, amable, alegre, que no se merecen tener el Gobierno que tienen. Estoy de acuerdo con que quitarles la cartilla de racionamiento, lo único que provocará es empeorar la situación de los mas pobres, ya que los dirigentes seguirán viviendo opulentamente como siempre.
Hoy, nos hablas de Cuba, de la falta de libertad,de la misera, el hambre existente en ella y de la invitación que en su dia recibiste por parte de Fidel a abandonar el pais; Que esperabas? pues lo mismo que estas pensando, pienso yo.
No acierto entender como paises democráticos que rigen el mundo, se movilizan y son capaces de provocar una guerra sin prueba alguna que poseen armas de destrucción masiva y se cruzan de brazos cuando saben y les consta con hechos probados que un pais Cuba está en la miseria por culpa de un dictador. No será que Fidel está apoyado por Chavez y detrás de éste existe una de las industrias mas poderosas del petroleo?
La presion de EEUU y Europa para la instauración de la democracia en Cuba con Fidel vivo y con el apoyo de Chavez, no ocasionaria un conflicto internacional?.
El mundo actual evidentemente está regido solamente por intereses económicos.
Por mi trabajo me relaciono con extranjeros y puedo decir que los cubanos son especialmente personas buenas y agradables. E l que tiene la suerte de poder salir del país, lucha y trabaja por y para la familia que ha dejado allá, para que viva mejor, en Cuba con dolares ahora en el mercado negro ya pueden conseguir casi todo, menos la libertad.
Que les quiten la cartilla, solo empeorará la situación de los mas pobres y que no tienen familias en el exterior.
Si llevas a esa isla en el corazón , carga tintas y cuenta la verdad. Todos sabemos lo que es una dictadura, pero ésta la tomamos con pinzas como hicimos con la de Albania o Rumanía a las que iban a fotografiarse Carrillos y Anguitas cuando la gente sólo comía crestas de pollo.
Basta ya de desequilibrios informativos, de hipocresías y de supuestos corresponsales de guerra que gimotean con el sufrimiento del “pobre pueblo palestino” o el iraquí, que es un capítulo aparte..Es que no se pueda hablar alto y claro de lo que pasa en Cuba, donde hay que llevarse hasta los esparadrapos a los hospitales??
Yo aborrezco al Ché Guevara y a toda su troupe sanguinaria y asesina y como los “gusamos” de Miami proclamo !Viva Cuba Libre !
Me gustaría que los corresponsales españoles escribieran con la misma libertad de Cuba, que como lo hacen de Marruecos.
Parece mentira que en Cuba y en muchos otros paises de America sean aun pobres, teniendo tantas riquezas y con los gobernantes que tienen cada vez aun hay mas pobreza.
Las personas que pasaron un gobierno con racionamientos de alimentos y otros cosas son las que vivieron y sufrieron.
Por lo menos hoy por hoy ya no podemos llegar a esa epoca de los racionamientos y se puede sobrevivir.
… La Revolución cubana aportó importantes avances para la población, sobre todo en materia de educación y sanidad. Pero sus defectos fueron determinantes. Nunca quisieron reconocer los gobernantes de La Habana que en la isla se pasaba hambre porque era sinónimo de pobreza…
Tomo esta frase literal del artículo de hoy como punto de partida de mi comentario. Creo que resume fielmente el totum revolutum de mi cabeza cuando me enfrento a la realidad que, tan certeramente, ha dibujado Fernando, esa Cuba que él conoce tan bien… preguntas y más preguntas que las más de las cuales no tienen respuesta o, si la tienen, seguro que fácil o única no es. Por ejemplo…
Una Revolución, como tal y por definición, puede durar tanto tiempo? Y si efectivamente suma décadas y décadas tras de sí, no es más lógico pensar que, sencillamente, se ha convertido en otra cosa? Y sí es así, cuándo lo hizo, en qué momento pasó de revolución a hastío?
Si convenimos en que Cuba sigue viviendo su revolución, podemos afirmar que en 2009 es la misma, con idénticos ideales y objetivos, que la que depuso a Batista y llevó a Fidel al poder?
Desde aquel ya lejano año 1958, dos generaciones de cubanos han nacido… esta Cuba de hoy responde a las perspectivas de bonanza, justicia y libertad para todos que proclamaron y prometieron los artífices de la revolución y que, en estos 50 años y sin solución de continuidad, ejercen la gobernanza de la isla?
Si el mundo -en general-y EEUU -en particular- tampoco son los mismos de entonces –pero si ni siquiera se parecen a los de hace un par de años!- cómo pueden seguir siendo legítimas las políticas de bloqueo, desconfianza y presión hacia Cuba como si nada hubiera cambiado?
El fundamento militar que justificó en su día –versión americana, se entiende- la base de Guantánamo. sobre a bahía del mismo nombre, sigue siendo válido hoy? No es ya, más bien, una excelente excusa para mantenella y no enmendalla por parte de los EEUU? Sin olvidar “la ciudad sin ley”, el “no suelo americano” en el que se ha convertido como “asilo” obligado para los talibanes capturados en la década del inefable George Bush junior… la democracia en estado puro, vamos…
Son mejores y más dignos de confianza los cubanos que viven como nuevos ricos en tierras de Florida que los que subsisten con apenas nada en la isla? Quién lo dice? Por qué?
Cómo es posible que países y particulares de todos los colores, que oficialmente denuncian la falta de libertad y las desigualdades que –sin duda- viven Cuba y los cubanos, sin embargo no tengan reparos en invertir en la isla –años y años y años…- a través de empresas y holdings hoteleros con la “sana” intención de aumentar sus ya bien engrosadas fortunas? Se llama… no sé… hipocresía, tal vez?
Ay… esta Cuba de mis amores…
Que la “dictadura castrista” existe es una verdad como la copa de un pino, que la disidencia se castiga, que los ricos mandan mientras el pueblo llano pasa las de Caín, que la libertad de información, o de reunión, o de expresión brillan por su ausencia, también… cómo negarlo! La democracia no es algo de lo que puedan alardear ni Cuba ni sus gobernantes… pero decir democracia es, solo, decir elecciones libres? O no es igual de cierto que democracias asentadas como la estadounidense, por ejemplo, adolece de otra serie de carencias que a cualquier demócrata de libro le llevarían al sonrojo más absoluto? Justicia solo para los ricos, pena de muerte, homosexuales no, sanidad universal versus seguro médico, enseñanza pública solo para pobres, becas de compromiso, el maldito “sueño americano”…
En fin… que Cuba tiene muchos problemas por resolver, pero el mundo que la rodea, también.
Yo no sé que busca Raúl Castro con la retirada de esa cartilla de abastecimiento, en vigor desde el año 1962, si no me equivoco. Más del 70% de los cubanos han vivido bajo el sistema de racionamiento desde que nacieron, no conocen otra cosa salvo los trapicheos y las trampas más elementales de una mala economía sumergida… pero tengo la sensación de que, como siempre, el que manda, manda y al albur de reformas económicas que dice necesitar, lo que no va a traer es más democracia. Y de eso también tiene mucho a faltar esta Cuba de mis amores….
Lo único claro en esta historia es que, de forma inevitable, el proceso de transición desde lo que queda de aquella revolución a la democracia más preclara debe ser una responsabilidad exclusiva de los cubanos, empezando por sus líderes, los del Gobierno pero, también, los de la disidencia. Y hace falta una altura de miras que ni los unos ni los otros han demostrado todavía… Y al resto, que nos queda? Pues echar el resto, EEUU incluido.
Pero Fernando lo dice mejor y más certeramente… Si el temor de sus gobernantes a integrar la isla en las democracias libres es creer que generará desequilibrios sociales en el país -traicionar por ende los principios de la Revolución-, dejar vacíos los estómagos de los cubanos hará la brecha más profunda. Orgambides dixit.
Y yo, punto en boca! Porque no se puede decir mejor…
¿No merecen los disidentes cubanos, que el ministro Moratinos les haga una visita?. ¿Porque solo vamos a escuchar a una de las partes?
La posición del Gobierno de Zapatero, me parece de una tibieza propia de cobardes . Si nos preguntaran a la mayoría de los españoles, estoy seguro que estaríamos a favor de una postura mas comprometida con la disidencia Cubana, que defiende la transición democrática en la isla y no el continuismo.
Recoznoco en tu articulo un país, que visite con mi familia hace unos 7 años, yo era bastante joven y nunca había visto tanta miseria, fue un impacto para mí la diferencia que había en la calle a cuando entrabamos en hoteles y complejos turísticos de lujo, me sentí muy mal, me pareció muy injusto. Pero también comprendí que el turismo les ayudaba a vivir mejor.
Yo les deseo que hagan una buena transición a la democracia, y que pronto sean un pueblo libre.
Debe ser impactante haber sufrido la invitacion de abandonar sin querer o sea por que YO LO MANDO la bella y sufrida isla. Ahora nos lo cuentas con un sentimiento muy tuyo. Debe ser una sensacion de impotencia, exactamente igual a la que ahora mismo sentimos todos tus lectores Espero como dice Claudia que algun dia digamos salud con una cuba libre , a una CUBA LIBRE.
Los cubanos son gente maravillosa. No tienen nada que ver con sus gobernantes que están desacreditados en el mundo real en el que vivimos. La revolución pudo tener su lógica por el tiempo que se vivía en aquellos año 50, cuando Cuba era una dictadura presidida por Batista con el consentimiento americano, años después pasó lo mismo en Nicaragua, con otra revolución, la sandinista, que acabó con la oligarquía de Somoza, que había convertido aquel país en una finca en su beneficio y en el de unas pocas familias adeptas.
Los sandinistas estropearon ese sueño con la lamentable piñata y los cubanos adulteraron, lo que podía ser un cambio hacía la democracia, entregándose al comunismo mas férreo.
En ambas revoluciones se atacó a la dignidad humana, en Nicaragua con el robo piñatero y en Cuba acabando con las libertades ciudadanas.
Desde España, tal vez con romanticismo, por cariño a los países hermanos siempre se ha visto lo que ocurría en ambos países con vendas en los ojos, quizás si hubiéramos sido mas vigilantes otro gallo hubiera cantado. En el caso de Cuba no solo culpo a la democracia, sino al propio Franco, que nunca rompió con La Habana, salvo en periodo muy corto, por aquel incidente con el Embajador Lojendio. Creo que los españoles somos muy culpables de que Cuba no sea libre y de que en Nicaragua gobierne de nuevo, después de un periodo detestable de los llamados demócratas, un mentecato y bribón llamado Daniel Ortega.
No hemos cuidado con la responsabilidad, que nos exige la historia, a las que fueron nuestras colonias en América. Estudien estos dos siglos pasados ( en el caso de Cuba menos) y verán los desastres ocurridos.
Viajé a Cuba a principios de los ochenta. Me fascinó, pero no me atrevo a volver. Mi juventud pudo haber influido en mi percepción y el ambiente caribeño hizo otro tanto. Venía del sur de México, de Guatemala, Belice…conmocionada por la pobreza reinante, sobretodo en la población infantil. En Cuba los niños harapientos fueron sustituidos por auténticos pillastres que sólo te pedían chiclé. La gente estaba contenta y orgullosa de su isla. En aquel momento y en aquel lugar pensé que la Revolución había permitido una mejor calidad de vida: la política sanitaria inmejorable y la educación otro tanto. Regresé contenta y esperanzada.
Con el tiempo, me fueron llegando informes negativos, sobre todo referentes a la merma de libertades. Hablé con cubanos de la Revolución; me dijeron que era necesario para mantener la continuidad. llegó un día en que me confesaron que el sistema no había funcionado. Fue en aumento la decepción. Las ideas se estrellaron en la cruda realidad. ¿Se equivocó Fidel? Creo que no. Sus ideas contenían una utopía y esta se aplicó dentro de los límites de lo humano. Y empezó la erosión. La cuenta atrás. La utopía empieza a morir cuando se materializa. La praxis es su cáncer. Siempre es así. No quiero culpar a Fidel. El pecado está en nosotros. En ser lo que somos. Creo en el Fidel que escribió ya hace mucho: “La historia me absolverá”
Desde la dictadura, la población cubana ha soportado las restricciones más severas al consumismo en general como por ejemplo cortes de electricidad por más de diez horas y la imposibilidad casi de conseguir ningún tipo de producto. No conforme con ser castigados económicamente, el socialismo obrero de la dictadura castrista, ha optado por combatir la crisis olvidándose de sus principios proletarios e igualitaristas: y dejar a más de 3.5 millones de personas sin comedor, y la supresión de la cartilla de racionamiento, símbolo del comunismo durante 47 años.
Con su “ahorro o muerte” empieza otra agonía para el pueblo cubano. Pero el “ahorro o muerte” está empezando a cobrar tintes más trágicos desde hace un par semanas, ya que sin estos comedores, los cubanos se aferraba a las cartillas de racionamiento para conseguir alimentos, como único recurso ante el desabastecimiento de la isla y los problemas comerciales en los que les sumió la dictadura tras su revolución.
No entiendo porque se castiga de tal manera al pueblo cubano. Debemos ser solidarios y ayudarlos, estamos en época de crisis, pero ellos llevan sumergidos en esta crisis por más de 40 años. No es justo!
Liliana Suárez
Yo estuve en Cuba y por circunstancias me aloje en la planta ejecutiva del Hotel Melia Cohiba, os puedo asegurar que allí no faltaba de nada , teníamos jamón ibérico, tortilla de patatas, embutidos, canapés, todo tipo de bebidas etc. A parte de la gente que se alojaba en el hotel, os puedo asegurar que allí había gente del sistema, comiendo y bebiendo a dos carrillos. mientras tanto en la calle la gente pasaba y sigue pasando hambre.
Solo doy las gracias por nacer donde he nacido y vivir donde vivo, no tenemos ninguna capacidad para aguantar la mas mínima adversidad, un fallo de corriente (en Barcelona, hemos tenido unos cuantos) un autobús que se retrasa, el ascensor se ha estropeado, en mi restaurante favorito no hay mesa.
Como en pleno siglo XXI, se puede pasar hambre, no tener productos mínimos para la higiene personal, no poder dar a tu hijo una golosina. Y que hacemos, contra eso????????????
No quiero pensar, que pasará cuando ya cierren los comedores sociales y eliminen la cartilla de racionamiento.
Siempre he querido saber porqué carai se habla de Cuba Libre. ¡Será cosa de la bebida, digo yo en mi ignorancia!
La visité en el año 1993. ¡Qué hermosa me pareció y que terrible a la vez! Por aquel entonces acababa la carrera de Derecho y todo el curso fuimos a visitas la Isla. Mi primer impacto: un aeropuerto oscuro de madera y lleno de militares. En la salita de espera una televisión dando constantes desfiles militares y una perorrata del señor Fidel. En el aire una voz opaca de megafonía que repetía.”los pasajeros en tránsito primero”. Me explicaron que primero tenían preferencia los turistas y despues “los del partido”. Con apenas 23 años no entendía exactamente a que se referían, pero cuando llegué a la Habana, visite Cien Fuegos …. entonces lo comprendí todo.
Las cartillas de racionamiento y esas lasgas colas, me explicaban algunas personas por la calle, al preguntar yo por todo, que apenas tenían las mínimas cosas para vivir, no se les dejaba acercarse a los hoteles, discotecas y demás lugares frecuentados por turistas. En Cien Fuegos tuve ocasión de presenciar una carrera organizada por el Gobierno, y para mi asombro los corredores ataviados cada uno con la ropa que tenían, nada que ver con la de deporte, calzaban zapatos de ejecutivos, ni unas miseras deportivas. Bueno era todo como irreal!. Tantas cosas ví. Una conferencia en la Universidad presidida por el decano, y rodeado por militares que cuidaban del discurso y que filtraban cualquier preguntas que como estudiantes pudieramos formular…A mis 23 años comprendí, entonces, que no hay más misería miserable que la de los políticos depredadores, fátuos y sin escrúpulos que dominan a esa Cuba tan linda, y que no hay espíritu más libre que la de los pobres cubanos, los que van con su cartilla de racionamiento recortada, pues ellos aunque pasan misería no son miserables sino que son dignos y orgullosos de su raza. Este comentario se lo dedico a ellos con mi corazón.
todos adoramos cuba. nos fascina. pero esta realidad cubana
tan bien descrita por ti, hace que se nos encoja el corazón an-
te el triste futuro de los cubanos pobres.