Tarifa es la ciudad más meriodional de España. Lleva algunos años de moda, que es de lo que vive. Aquí viene gente de toda Europa. También de toda España. Llegan como pueden, pero llegan. Buscan el mejor rincón de la ciudad. De su blanco caserío entre murallas que dan al mar. O de sus alrededores, según gustos. Y se instalan. El paisaje es espectacular, con África al fondo. Y el paisanaje, tranquilo. De gente sencilla, como el de cualquier pequeño pueblo de esta provincia de Cádiz tan sorprendente como distinta. Queda el pasaje, que en los meses templados -todos menos los de invierno- convierten las estrechas calles de la ciudad en un hormiguero humano. En el que todo el mundo se respeta. Donde fluyen los idiomas. Y donde nadie conoce a nadie porque no le interesa. Así que la concibo como una ciudad de libertad. Que es como son las ciudades con vientos. Y que en Tarifa son acelerados. Levante cálido. Poniente frío. Vientos que llenan estas costas de tablas. De surfistas. Que mueves molinos eólicos. Vientos que transitan apresurados por las pequeñas calles y plazas. A veces huracanados. Pero siempre renovando con brisa sus espacios. Desplazando dunas. Provocando balanceo en los palmerales. Retando veletas. Picando el mar, para sosegarlo después. Cuando se alejan. Dejando que el sol reine en solitario, que es otro don de la Naturaleza en este rincón del Estrecho. De playas de arena fina. Donde convergen dos mares. De transparentes aguas. A las que se asoman sus dehesas. En las que desde siglos pasta el toro bravo. Bella estampa en un lugar de leyendas. Mitológicas. También medievales. Melkart, Hércules, Anteo, Tariq, Muza, Guzmán. Y aquel Sancho llamado el Bravo, que aquí posa sentado recordando la toma de la ciudad.
Siempre hago una visita a Tarifa en tiempos de frío, que es cuando recupera su estado más primitivo. Cuando regresa a lo que siempre fue. Un pueblo sencillo del sur de España. Cuando las campanas de San Mateo se mezclan con las sirenas del pequeño ferry. Otrora la lancha de Tánger. Sentado en el Bar Central, histórico café de la Calzada, la principal calle de Tarifa. Que discurre en forma de cauce, porque antes fue arroyo -el del Papel-, con puentes y tablas. El de don Carlos, que conducía a la casa de Carlos Núñez Lardizabal, fundador del Casino Tarifeño. Allá en 1875. O la del Cura, la tabla por donde accedía a San Mateo el arcipreste. Hoy la Calzada es una calle empedrada. De piedra de Tarifa. La que algunos llaman losa. La misma que emplearon los romanos en la cercana Baelo Claudia, hoy Bolonia. Piedras calizas de color gris azulado. Piedras de sillerías que surgen junto al mar. Lastre de los primeros barcos que viajaron a América. Piedras también que calzaron las calles de La Habana, de Sevilla. O de Cádiz, donde cuando eran jabalunas le llamaban losas del jamón, por tirar a rojiza con vetas blancas. Esto lo contaba el marqués de Arellano, que cuando niño iba de losa en losa por las calles gaditanas jugando a los bolindres, que es como allí llaman a las canicas. El Bar Central luce desde hace unos años aspecto hippie -como muchos establecimientos públicos de Tarifa-, pero tenía que cambiar porque si no se lo llevan los tiempos. Sin embargo, no ha sido maltratado. Y conserva parte de su sabor, aunque está más en conjunción con el vecino Hotel Misiana, new concept adaptado a Tarifa, propio del nuevo perfil que visita la ciudad y que tiene como artífice a Ana Torroja, su primera propietaria. Live music.
Fundado en 1894, el Central fue el café de Tarifa. Donde se hacían tratos, donde se cerraban corridas de toros, donde se compraba ganado, donde almorzaban los viajantes, donde los lugareños acudían en familia a merendar, donde la ciudad hacía su vida. Recuerdo sus mesas a la calle, que eran de mármol. Hoy lo son de madera, de las que fabrica Juan Polanco, pero allí siguen igual en número y ocupando los mismos lugares de siempre. Recuerdo su solería, su amplio mostrador, sus ventanas con balconcillos, su marquesina. También están, lo que para mi es ya suficiente. El Bar Central fue elegido en los años cincuenta por el director Ladslao Vadja para rodar unas secuencias de Tarde de Toros. Y pese al new concept, en temporada de invierno regresa a su origen primitivo, convirtiéndose en el café de siempre, al que acuden muchos tarifeños con sus medias docenas de dulces de la también vecina Pastelería Bernal. Soletillas, tranvías, sultanas de coco, caracolas de crema, pastas de almendras, bizcochos borrachos, rosquetes de cidra. Corto de café con leche templada, cortado, vaso de leche, batido de vainilla. El Central en invierno vuelve a ser el de siempre. El de una Tarifa universal, donde caben todos. Los que están a favor del nuevo puerto. Los que no quieren que este rincón distinto de Andalucía se masifique. Porque en esta Tarifa de hoy anda la gente dividida. Enconada. Quieren ampliar el puerto. Con brutal impacto medioambiental en este cruce de mares. Para descargar el de Algeciras, que es su autoridad portuaria. Y de la que depende en lo maritimo. Cual sucursal. Para crear un segundo paso del Estrecho. Nuevos accesos, rampas gigantes, camiones, hileras e hileras de automóviles. Más tráfico rodado. A mi no me gusta nada esto. Es más, firmaría ya en contra. Y aunque comprendo que la ciudad tiene que sostenerse, la prefiero con el espíritu que la hizo resurgir. Sin dependencia que enfrente a su gente. Con su pasado formando parte del new concept. Puerta de Jerez, Hotel Misiana. Con el Bar Central, entre ayer y hoy. Con Juan Luis Pérez Tirado. Con Chema Cobo. Con Pérez Villalta. Torroja, Arroyo, San Juan. Con el otro Juan Luis (Muñoz Alonso), al que le llaman sabio. Todos juntos. Tarifa de hoy, Tarifa de ayer, Tarifa diferente. También con el Casino, en cuyo gabinete de lectura existe un viejo locutorio telefónico ya en desuso donde se dejó de oir hace mucho eso de Algeciras, dígame. Bolas blancas que dicen sí. Bolas negras que dicen no. New concept. No al megapuerto.
Bolas blancas que dicen sí a tu relato de hoy, también.
Que bonito y cálido se ve Tarifa. Me recuerda algo a Formentera, con su ambiente hipy, sus playas blanca, y sin embargo también se parece algo a aquellos oasis que ví un día en Túnez. Creo que aquí se demuestra que la naturaleza no tiene fronteras y mezcla pincelas de aquí y allí, y no sabe de razas o culturas.
Desde Torrevieja (Alicante).
No conozco Tarifa, pero desde hace unos años llegan a ésta ciudad salinera, pescadores de atún, provenientes de Tarifa. Contratadoa por empresas que se dedican al comercio del atún, la mayoría en tratos con Japón, una de las mayores consumidoras de este delicioso manjar.
Son gente humilde, que viene a hacer la temporada, para poder volver a su Tarifa natal con la ilusión de los deberes hechos u mantener el resto del año a su familia.
Y entre tu artículo y los pescadores de Tarifa, es como si ya hubiera estado alli varias veces.
Un abrazo.
No tengo la oportunidad de conocer Tarifa, que queda en el extremo de Andalucía, pero por lo que me han contado mis amigos, allí hay mucho arte y cultura extendida por todas sus calles. Además con lo que nos cuenta Fernando es un motivo más para ir i conocerla
Por lo que veo Andalucía te tiene enamorado, Fernando.
He estado en Tarifa y alrededores, por trabajo y por placer, en varias estaciones del año. Es un pueblo pequeño al que desde hace tiempo llegan miles de turistas de todas partes del mundo. Y una de sus muchas virtudes, como describe el autor, es que todo el mundo se respeta y nadie conoce a nadie. Precioso.
Yo también digo NO al megapuerto, masificar el turismo es ir contra la calidad que se ofrece al propio turismo, Tarifa es un paraíso natural que tenemos que conservar, bastante hemos destrozado ya nuestras costas, hay que preguntarse ¿ por que, cada vez el turismo selecto viaja a lugares mas vírgenes y sobre todo mas autenticos? No queramos, “pan para hoy hambre para mañana”
Pasaje a Tarifa http://bit.ly/3zl3KM
Me habían hablado de Tarifa unos amigos que se desplazan siempre que pueden desde Barcelona para practicar Windsurf, a mi me parecía algo exagerado, quizá porque no soy gran deportista. Ahora, si creo que vale la pena desplazarse y por mi parte no será por el surf, Fernando, con tu magnifico artículo me has dado mil razones.
Solo puedo decir, que bonito el artículo, que bonita la foto y muchas gracias por seguir mostrandonos lugares maravillosos.
Con este artículo -uno en mi opinión de los mejores- tan lleno de poesia y de una riquisima prosa, he disfrutado muchisimo a la vez que me ha llenado de tristeza al leer la situción en la que se encuentra el puerto de Tarifa.
Creo recordar que IU potenció en su día la existencia de una plataforma “no al megapuerto en Tarifa” pues consideró que la mayoria de ciudadanos no veian con buenos ojos ni con la claridad con la que se divisa la orilla africana , el impacto ambiental que ello produceria.
Como tu firmaria ahora mismo donde fuere para que se respetase el puerto tal y como tu lo describes.
Sobre la ampliación del puerto: http://www.tarifasi.org
Rotundamente NO al megapuerto de Tarifa.
Parece que tendre que visitar Tarifa…. Me esta llegando varias llamadas desde ahi. Y con esta pasión que nos cuenta de sus rincones, no me quedara otra que ir a verla con mis propios ojos.
Pues es un hecho, me voy a Tarifa en invierno al cafe con su sabor de antaño. Y, lo tengo que hacer antes de que el megapuerto haga el cambio de este lugar tan maravilloso que . nos haces conocer sin haber estado nunca ahi.
Bueno si a mi de darian a elegir me quedaria con la Tarifa que es ahora porque con los cambios que harian se perderia esa belleza que existe del lugar de sus calles y la paz y tranquilidad que se respira, ya que tu Fernando estuviste en el lugar y viviste esos momentos bonitos y agradables que tuviste en esta ciudad que es tarifa y nos describes con tanto detalle que desearia estar paseando por esa.
Soy una admiradora de tu España, y mucho mas a traves de tus relatos. Me has llevado de la mano (nunca mejor dicho) con tu pluma (que es como le llamo a la palabra escrita) Hoy a Tarifa, vaya sitio…. paisajes maravillosos, libre como el v viento , donde llega gente a gozar y donde no importa el idioma que hablan, todo se respeta. Con su buena gente y vive con gran bulllicio unos meses y luego descansa para consentir a los suyos . Que mas se puede pedir. Quiero ir a Tarifa ……..Gracias
No al megapuerto.
Una Algecireña
Y como Tarifa tantos otros lugares que pierden lo que fueron. No puedo evitar evocar el otro extremo.
En Gerona, en el Port de la Selva, los pescadores sacaban la pesca extendiendo la red delante de casa. Siempre me daban peces vivos que yo guardaba en un cubo con la idea de tener una pecera. Lástima que, inevitablemente, añadía agua del grifo y fallecian. Mi madre, práctica como siempre, no me sacaba de mi error.
El puerto estaba adornado con las barcas de “bou”. En un local, que me parecia apestoso (seguramente lo era) una mujer que me parecia una bruja, sentada en el suelo con los pies descalzos y con varios cubos y tarros alrededor, iba confeccionando lo que a mi me parecian cementerios de anchoas. Segun mi padre, lo más exquisito del mundo. Lástima que había que pelarlas y limpiarlas de sal antes de comer y las manos quedaban oliendo a rayos.
En el pueblo un recinto para el mercadeo del pescado que incluia la venta de hielo para nuestra nevera sin enchufe. Curioso. Mi padre fue después, durannte muchos años, Director General de ODAG, las grandes neveras de aquel tiempo.
Por las noches, bajo un cielo inolvidable, con mi abuela de vigía y mi perra negra, me sentaba en el banco de obra adosado a la pared y me entretenia el localizar la trayectoria del spuknik.
Esto ya no está. Solo queda el cielo que hoy lo veo desde otro lugar virgen que he tenido la suerte de encontrar. Los muelles y pequeñas escolleras que a lo largo del pueblo servian para amarre de las barcas de los pescadores y para punto de pesca para los rapaces como yo han desaparecido. Todo es puerto deportivo. No queda nada. No quedan apenas barcas de “bou”. Seguramente las anchoas se deben haber extinguido ya que se pagan a precio de oro en el supermenrcado. Y no son como las de la mujer descalza. Los personajes del Pósit, donde el mercadeo, deben estar solo en fotografias de color sepia. En el pueblo ya no están. Tampoco está el camarero del bar Monterrey, el “espaguetti” que bailaba con las turistas, con gran horror de las nacionales. Mis padres lo encontraron hace años, creo que en Manresa, dueño de un restaurante de renombre en el lugar.
Ni en Tarifa ni en el Port de la Selva nada volverá. Ni en la Alberca que conoci hace 35 años y que volví a ver hace 6. Tampoco en nuestras vidas, al igual que les ocurrio a nuestros padres y a los padres de nuestros padres. Es imparable. Solo rogar a la divina providencia que quienes gestionan los cambios lo hagan con honradez, inteligencia y respeto a la vida vivida de todos.
Que paraíso¡¡¡¡¡¡¡ como tantos en toda España que la mano del hombre se empeña en destruir.
Me ha emocionado tu artículo sobre Tarifa es sencillamente bello que para mi es mas que bonito. Me ha transportado a otros lugares que son o han sido parte de mi vida, que también tienen su Café, su Bar, su Pastelería, sus calles empinadas.
No conozco Tarifa pero cierro los ojos y siento el viento en la cara, veo África imponente al fondo, escucho la sirena del Ferry, y me planteo tomar un batido de vainilla en el Bar Central ó mejor tomo el ferry y me doy un paseo por África.
Gracias por hacerme soñar.gracias POR SOÑAR
Me parece lamentable que se quiera construir un megapuerto en Tarifa, es atentar contra la naturaleza y el medio ambiente, lo mismo está pasando en Galicia que están construyendo pasarelas en las Islas Cíes que impiden el paso de la arena y las acondicionan para el aprovechamiento turístico,poniendo en peligro la riqueza ecológica y el ecosistema.
Me uno a todos los que dicen NO al megapuerto de Tarifa.
Dicho esto te felicito por tu relato es muy bonito, dan ganas de ir a Tarifa y como tu mejor en invierno, para disfrutarlo con mas tranquilidad y poder tomar un corto de café con leche templada en el Central.
Me gustan mucho los deportes en general y especialmente los náuticos, Tarifa tiene una playa que por su oleaje es ideal para practicar surf, he ido varias veces con mis amigos, desde Barcelona, merece la pena el viaje, además aparte de ser ideal para el surf, tiene mucho encanto.
Aún no he tenido la oportunidad de conocer Tarifa y la verdad es que estoy relativamente cerca, aunque las conexiones de Huelva no es que sean lo mejor del Sur, sinceramente. Espero tener pronto un huequito y poder acercarme, porque además su interesante oferta de actividades náuticas me llama mucho la atención. Un saludo y muchas gracias por tu relato
Tarifa q lugar con más encanto,voy a preparar una escapada pronto,besos
Aún no he podido visitar Tarifa, a pesar de que no son pocas las personas que me han hablado bien de ella. Ahora, con tu relato, tengo aún más ganas de conocerla, de pasear por sus calles y perderme por esa Tarifa de ayer, esa Tarifa diferente. Un saludo.
Este verano estuve en Tarifa por primera vez, y me encanto. Tuve la suerte de ir para ver la organización de un evento deportivo – Campeonato del mundo de Kitesurf-.
Para una amante del mar y sobretodo del mundo de la vela, fue maravilloso poder disfrutar aquella semana en aquellas playas.
No se si sabeis en que consiste el Kitesurf, es navegar con una especie de tabla de snow y tirado por una cometa, cuanta más presión tiene la cometa más velocidad, aunque realmente lo bonito del Kite es ver los saltos que se pueden llegar a hacer.
Aun tengo aquella imagen grabada en mi mente – una playa maravillosa, con vistas a Africa y si levantas un poco la vista miles de colores de las cometas!
Y si vais a Tarifa no olvideis visitar el bar de Ana Torroja ¡vale la pena!
Elegante relato de vientos cálidos y templados, de piedras ancestrales y rincones íntimos de un balcón privilegiado, que es además el más meridional del Viejo Continente, con vistas a África.
Hay avances tecnológicos que destruyen siglos de cultura como parece ser el caso del megapuerto que se quiere construír. En aras de un progreso ilusorio porque las consecuencias tendrían, como bien dices, un brutal impacto medioambiental.
Donde hay que firmar para que las bolas negras venzan a las blancas y se escuche por una vez la voz de la ciudadanía y no el ruido de las excavadoras?
Este verano recorrí la costa norte irlandesa con gran placer. Allí no hay megapuertos y curiosamente Irlanda, que vivió hambrunas, no padece ahora crisis alguna. La apuesta es también turística, pero no a base de vender su mejor patrimonio: sus magníficas costas.
Megapuerto no es sinónimo de progreso, ni siquiera es el único camino para ampliar la oferta laboral. Tarifa tiene un don natural, un encanto único que tiene que ver con la limpieza de su costa. Es una pena que su Ayntamiento camine con orejeras sobre su propio paisaje.
Desde aquí mi rechazo a esa barbaridad.
En esta historia del megapuerto están conchavados el PSOE y el PP, que es el “brazo armado” de la operación mientras que los sociatas, como forman coalición con IU en el Ayuntamiento, juegan el papel de hipócritas. Brazo armado porque fueron ellos los que agredieron a Guillermo Pérez Villalta y su pareja, Fernando Boix, luchadores para que Tarifa no siga el mismo camino hacia el desastre que sufre Algeciras, que se ha quedado sin costas y que da pena ver. Los hipócritas está apoyados por la Diputación de Cádiz, pero lo tienen muy difícil porque Tarifa y toda España saben que se la juegan. Es el problema de los pueblos pequeños, con políticos sucursalistas que se cren cuentos de hadas ¿2.000 puestos de trabajo? y, ¿cuantos de Tarifa? Carne de corrupción, porque aquí hay mucho dinero en juego.
No, no y no al megapuerto. Venga, ánimo a todos a pronunciarse. ¡Que esto no puede prosperar!
Tarifa es el último paraiso que nos queda. No permitamos su muerte prematura. No a ese crimen ecológico. Defendámosla de los depravadores. Que sepan con quienes se la juegan. Unidad!
Tarifa es un paraíso natural playas vírgenes, sol, impresionantes vistas a África. Recuerdo un restaurante El Mirlo, que merece la pena no perderse principalmente por sus vistas y por contemplar uno de los mejores atardeceres que yo he visto.
Yo también quiero pronunciarme expresamente, contra el megapuerto, es un atentado contra el medio ambiente y me atrevería a decir que también para el buen gusto.
Que bonitas playas tiene tarifa! Me encanta pasear por su casco antiguo y poder admirar sus casas blancas.
Pero lo que más me gusta es poder disfrutar de mi deporte preferido – el windsurf- en aquellas playas.
Me he metido en el Blog, por mi madre es muy bonito lo que has escrito de Tarifa, me gustaria mucho ir para practicar windsurf y también me encantaría ir al bar de Ana Torroja.
Me parece muy mal que construyan este megapuerto, hay que proteger el medio ambiente.
Leyendo tu artículo me viene a la memoria el libro de Almudena Grandes “Los aires difíciles” que me hizo disfrutar mucho y me transportó a esa zona de pueblos preciosos.
En cuanto al megapuerto, solamente que reúnan las firmas de todos los surfistas, en todas sus vertientes (surf, windsurf, kitesurf) que pasan por allí a lo largo de un año, creo que los políticos no tendrían nada que hacer. No sé si ya se ha iniciado un movimiento así, pero por si acaso, habría que iniciarlo. Tengo un sobrino, Josevi, que vive en Madrid, y es un forofo del kitesurf, y un campeón. Tendrías que ver los saltos y piruetas que da en el aire…una maravilla. Pues Josevi, al menos una vez al año va a Tarifa a disfrutar de su costa. Y no le va a gustar nada lo del megapuerto. Hay que hacer algo.
Hola a todos, me he informado donde se puede firmar contra la construcción del megapuerto, la pagina es, tarifasi.org, tenéis que clicar una pestaña que pone manifiesto y si queréis apoyar el No, dejáis allí vuestros datos.
Yo pienso que ante hechos como este tenemos que unirnos y defender a la naturaleza.
Que elegancia descriptiva . Leerte es casi como pasear esas calles y lugares para mi desconocidos. Gracias por hacerme pasar un buen rato.
yo también me apunto en contro de la construcción del megapuerto en Tarifa.
Fernando, gracias por la visión que nos ofreces de Tarifa. Siempre pensamos que es un lugar para aquellos que gustan de las olas y el viento y siempre en verano. Es una invitación para acercarse hasta un lugar, que hasta ahora parecía solo de paso hacia Marruecos. A partir de ahora tendremos que tenerlo en cuenta. Gracias de nuevo.
http://www.fernandoorgambides.com/2009/11/10/pasaje-a-tarifa/
Tarifa es también pueblo de pescadores, de la industria conservera -¡¡¡LanTarifeña, qué caballas!!!-, de tablas y vientos, de gente sencilla, como tu dices. Pueblo solidario y bellísmo, de grandes y extensas playas, con tierras ganaderas, donde los alcornocales acuden al mar, como si de saludarla se tratara. Paisaje único, pasaje a la felicidad, a un paraiso escondido. Me gusta el bar Central, aborrezco a quienes intentan masificarnos. Es mi lugar de scapada, en invierno, en primavera, en verano. No a ese megapuerto que intenta desconfigurarla, arrebatarle su personalidad, dejar que sea un paraiso,,, para que se convierta en una aberración como las que nos tiene acostumbrado Algeciras, víctima de la especulación, del dinero facil, de la insensibilidad. Amo a Tarifa, por eso digo no rotundo. No al engaño y no a ese megapuerto, que con la excusa de que va a dar trabajo a 2.000 personas nos hiere en nuestros sentimientos más nobles. No, a la mentira. Gracias, amigo.
¡No al megapuerto!
No he tenido ocasion de conocer Tarifa, siempre he pensado que debería conocerlo y ello por los bellos comentarios que de ella he oido de mis sobrinas y sus amigos que cada año la visitan para pacticar su deporte favorito: el surf.
Siempre escucho con atención las opiniones de los jovenes porque con sus risas y comentarios espontaneos, se aprende de ellos, cada año regresan a casa estusiasmadisimos de Tarifa y siempre con la misma frase: “hasta el año que viene”.
Con tu artículo,bello por cierto, he podido conocer un poco mas este rincon fantástico de nuestra tierra y no dudes que intentaré escaparme unos dias para conocerlo.
desde bilbao, no, no y no. siempre tarifa. fuera los especuladores de nuestros setimientos. que se lleven ese magapuerto lejos, lejos, lejos. y nos dejen vivir en paz, hostias!
Resulta extraño que se pretenda abrir otro canal en el mar para unir las dos orillas del Estrecho, para incrementar el transporte de mercancías y personas, y, a la par, se sigan levantando muros para evitar el flujo de africanos a Europa (20 años hace ya que el Muro cayó…), se siga mirando hacia otro lado en el conflicto del Sáhara, se posea una vista tan corta. Bien por las facilidades para cruzar el Estrecho, bien por el acercamiento entre pueblos hermanos, bien por el fomento de las transacciones mercantiles, culturales, raciales. Mal por tratar de hacerlo destrozando un pequeño paraíso, para probablemente, mejorar bien poco. Me da terror pensar que Tarifa se pueda convertir en Algeciras. Verdadero terror. No al megapuerto!
Vuelvo solo para confirmar que se puede apoyar el no al megapuerto en: http://noalmegapuerto.detarifa.net/about/
Excelente artículo sobre los encantos de Tarifa, excelente fotografía literaria de uno de los rincones más bonitos de Europa. Es mi rincón preferido, donde sueño, donde me pierdo de este mundo prostituido.
Fuera especuladores, fuera corruptos, fuera gruas y maquinas que trituran nuestras montañas, que ensucian el mar, que nos quitan el aire. Ese megapuerto no prosperará. Mantengámonos en lucha. Merece la pena insistir. Nos jugamos nuestra felicidad. Tarifa siempre!!!!
Me uno al NO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Es intolerable asistir impasibles a la destrucción de nuestro patrimonio natural,esta en peligro una de las costas mas bonitas de España. Ojala ¡¡ entre todos podamos parar esta construcción y otras muchas que destruyen el ecosistema y afean el paisaje.
Tiene que haber periodistas como tu, que informen de estas barbaridades. Muchas gracias
Consigues con tu artículo mostrar el encanto de una ciudad y la belleza de su costa, a la vez que tomar conciencia de la burrada que quieren hacer al construir un megapuerto.
Ya se ha especulado bastante y se han cometido verdaderas atrocidades en nombre del progreso, no solo en Andalucía en toda España. Esto no es progreso es destrucción. Si no lo paramos, que les quedará a nuestros hijos?.
BOLAS NEGRAS
me sumo a todo lo que represente un no rotundo a esta bestialidad. hay que darse una vuelta por la bahia de algeciras y ver el destrozo causado. por qué ahora tarifa. no es suficiente ya la destruccion que padecemos? no al megapuerto, no a los desalmados. que nos dejen tarifa como está. hagamos piña y fuerza para impedir la especulacion. no olvidemos que detras de este asunto hay intereses oscuros. las compañias contenedoras, las navieras de los ferrys. todos extranjeros, con la complicidad de los españoles. la autorida portuaria de algeciras, el psoe, el pp, los empresarios y los que firman sí engañados. dos mil puesto de trabajo para los tarifeños. me da mucha risa esto y mucha pena tambien.
un saludo desde málaga.
en diciembre tenemos previsto un viaje a cadiz.
no pensaba desplazarnos a tarifa, pueblecillo que tengo gan
interes por conocer a todos mi8s amigos les apasiona,pero
la epoca me parecia pocoadecuada.
pero veo que conocere la tarifa autentica, y no perdere su m
blematico cafe.ya os contaré misimpresiones.