Puerta de Europa

Tuve el privilegio meses atrás de compartir mesa con Carlos Fuentes en el Gran Café de la Parroquia, en el Puerto de Veracruz. Junto al gobernador Fidel Herrera, amigo común. En la nueva sucursal que este histórico café abrió en 2008 -coincidiendo con su bicentenario- en Boca del Río, en el ensanche de la ciudad. El escritor se sentía allí como en casa. No en vano -aunque nacido circunstancialmente en Panamá- Veracruz es su tierra de origen. Donde en el siglo XIX se establecieron sus abuelos -canario él y alemana ella- como otros muchos emigrantes europeos atraidos por la aventura americana. Y que contribuyeron a crear riqueza en la región. Desde la banca. Y desde el cafetal. Que fue el caso de la familia del escritor. La Parroquia está unida al corazón de Fuentes. En ella recreó pasajes de su novela La silla del águila, editada en 2004. Pero que desarrolla de modo futurista en 2020, con un político real -ya fallecido- dentro de la trama. Y que ocupa con su anciano poder una de la mesas de este café haciéndose acompañar de un loro charlatán. Es el presidente mexicano Adolfo Ruiz Cortines, que representa la sabiduría en la política. Cual viejo zorro de sus manejos. Y que el loro sustenta repitiendo consignas históricas del PRI. Cada vez que Fuentes acude a Veracruz bucea sus recuerdos de infancia en este emblemático café. Al que acudía su abuelo con novelas de época, que leía placidamente tras repasar los periódicos del día. Junto a un lechero (café con leche servido en mesa) con chilindrinas, que es un pan dulce mexicano. La Parroquia le trae esos recuerdos, que él trata de rememorar cada vez que pisa el establecimiento. Buscando imaginariamente la mesa del abuelo. Que no es una mesa exclusiva, porque todas -incluida la suya- llevan consigo prolífera historia. Que no es otra que la de este maravilloso Puerto de Veracruz, que otrora fue puerta -de entrada y salida- de Europa.

Estaba yo esos días en Veracruz en un viaje de nostalgia. Buscando lugares que dieran vida a mis lecturas históricas de México. El Hotel Las Diligencias. El puerto. San Juan de Ulúa. Los viejos ferrocarriles de la Revolución. Y el Gran Café de la Parroquia. En todos ellos me sentía feliz, con la compañía generosa de mi anfitrión, mi buen amigo Armando Quintero Mateos. Pero de todos esos lugares el que más repetí fue La Parroquia, atraido por su singular historia. Y por la del patriarca de la familia que actualmente lo regenta. El montañés don Fernando Fernández Lavid. Nacido en Santa Olalla de Molledo, a 25 kilómetros de Torrelavega. Y que vino a este lugar en 1936 al calor de unos parientes, indistintamente establecidos en Cuba y en México. Don Antonio Fernández Fernández, hermano de su padre. Propietario del Café El Carrio, en la vieja Habana. la-parroquia3Y don José Fernández Fernández, tio paterno también. Que regentaba La Parroquia veracruzana. Con un pasaje desde Santander que le costó 800 pesetas, una pequeña maleta y unas fotografías familiares, don Fernando se presentó con apenas 14 años ante su tío en Veracruz nada más desembarcar del Cristobal Colón. Fue una vida de sacrificios. También de aprendizaje. Pero provechosa. Donde ocupó todos los empleos, hasta que en 1946 fue nombrado gerente. Y más tarde se hizo con el negocio comprándoselo con facilidades a su pariente. No sin antes adquirir -gracias a sus ahorros- una casa en Santa Olalla de Molledo. Siguiendo así la tradición de los emigrantes montañeses en México. Que siempre tuvieron sus ojos puestos en España. Hoy La Parroquia la dirigen sus hijos Fernando, Ángel y Felipe Fernández Ceballos, que se independizaron de otra rama familiar que explota un negocio similar con el mismo nombre. Pero la autenticidad de La Parroquia está unida a don Fernando y a esas viejas cafeteras metálicas de origen italiano que presiden los dos establecimientos, el del Malecón y el de Boca del Río. Cafeteras artesanales ya de colección fabricadas en Turín que los Fernández Ceballos han conseguido repetir para su nuevo establecimiento con réplicas exactas a la primitiva gracias a las manos artesanas de los operarios de un taller veracruzano. Y que son su signo de distinción histórica de cara al mundo.

El Gran Café La Parroquia tiene su origen en un establecimiento llamado El Caballo Blanco fundado en 1808 por un estadounidense en las inmediaciones de lo que es hoy la Catedral de Veracruz, entonces parroquia. De ahí su nombre. No tardó mucho en denominarse como hoy día porque en 182o el negocio fue traspasado a un ciudadano francés que lo bautizó como tal. Tuvo varios propietarios, pero desde 1867 todos fueron ya españoles. Don José Capdevila, catalán. Don Rafael Menéndez y don Manuel González, asturianos. Y la familia actual, de Cantabria. Primero don José Fernández Fernández y después don Fernando Fernández Lavid, el patriarca de la saga que lo regenta. Ha sido un café errante, porque del primitivo local pasó a otro situado junto al Malecón. En la calle Valentín Gómez Farías. Y que ahora son dos con el de Boca del Río. Frecuentado en otros tiempos por Bernard Schaw, Truman Capote, Agustín Lara y María Felix -así como por todas las celebridades que llegaban al puerto de Veracruz-, fue el último establecimiento que pisó el presidente Porfirio Díaz antes de embarcar hacia su exilio parisino. La memoria de un mesero (camarero) de nombre Agustín García -y que le llamaban Mérida por ser de esa ciudad yucateca ha dejado registrado para la posteridad su último desayuno en tierra mexicana. Un lechero, una canilla y una ración de papaya. Otro mesero, Pedro Degollado -con cincuenta años de oficio en la casa- sirvió en 2008 a modo honorífico el primer lechero del nuevo local de Boca del Río. Degollado y Fernández Lavid ha extendido desde el Malecón a esa otra parte moderna de la ciudad los secretos de toda una vida entre aromas de café. Y la clientela, que en Veracruz es tradición que pasa de padres a hijo, ha aportado la peculiar llamada al mesero haciendo sonar la cucharilla en el vaso. Que se trata de una forma amistosa de reclamar el café. Y que tiene su origen en el paso de los viejos tranvías junto al primitivo local. Cuando los conductores hacían sonar la campana para que les llevaran el café junto a la ventanilla. Lechero. Cuarto de carga. Media carga. Express. Americano. Champola (leche malteada). Dos siglos de historia de Veracruz. Tierra jarocha. Puerta abierta de México a Europa.

Nota del editor: Fernando Fernández Lavid falleció en Veracruz (México)  el 4 de septiembre de 2010. Nueve meses después de la publicación de este artículo.

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    46 opiniones en “Puerta de Europa”

    1. qué historia más interesante la de este café y la del español que lo regenta. y qué dos cafeteras más espectaculares. debe ser un lugar de ambiente cálido y cercano al que acuden las familias veracruzanas por tradición de padres a hijo, como dices. de manera que no ha perdido su ambiente provinciano pese a las celebridades que lo visitan y la fama que tiene el café más allá de veracruz. ojalá un día pueda conocer este café la parroquia y disfrutar con su historia.

      v.

    2. Algunos cafés tienen una larga tradición literaria. Y todavía acogen a escritores. En mis últimas visitas al Café Gijón he tenido la sensación de que ese viejo y emblemático lugar se ha convertido en refugio de turistas con inquietudes. El Gijón tiene historia pero ya no es un grande, como le ocurre al Alético de Madrid. Ya sólo queda allí algún poeta de edad avanzada, como Antonio Granados, al quese le ve regalar, cuidadosamente firmados, ejemplares de su último libro a los camareros. Todo muy distinto, pues, a ese Gran Café de la Parroquia. Con Carlos Fuentes. Esos lugares, claro, invitan a un paseo por la nostalgia. Como algunos hoteles. Hace casi 20 años, Alfaguara publicó un libro titulado ‘Hoteles literarios’. Lugares inmejorables para un paseo por la nostalgia, efectivamente.

    3. Es bien cierto que el café invita a la tertulia y el de veracruz, por como lo describes, parece apetecible, cálido y algo nostálgico. Sobre todo si se destila por una de esas mágnficas cafeteras.

    4. Tu relato, y con mi imaginacón, me traslada a las tertulias llevadas a cabo por intelectuales,pintores y gente de pensamiento libre en cafes de cada época a lo largo de la historia. Siento aceptar que hoy dia este hábito de confrontación de opiniones ha dado un salto cuantitativo; ya no se habla en los cafés ni en grupos de 3 o 5 personas sino que millones y millones de personas vierten su opinión por los mas modernos medios de comunicación.Estamos en la era de la inmediatez.

    5. no conozco veracruz ni hasta ahora había oido hablar del cafe de la parroquia, pero tus artículos me introducen en un viaje donde siempre encuentro algo que me sorprende.

      esta vez han sido esos tranvías que pasaban al lado del café sonando la campanilla para repostar a sus conductores.

      qué historia tan pequeña pero tan fantástica. un saludo desde sevilla.

    6. Interesante historia la del café de la Parroquia en el puerto de Veracruz , cuya descripción refleja una vez más tu pasión por México.
      Detrás de cada café existen historias que merecerian salir descritas en los libros de costrumbres de cada pais.
      En mi Barcelona en plenas Ramblas, está ubicado el café de la Opera, el cual inició su actividad en el sigloXVIII sin cerrar ni un solo día, ni tan siquiera durante la Guerra Civil española.Local emblemático restaurado por Antoni Morgadas quién ha respetado los valiosisimos espejos, los cuales han vivido amores tormentosos o pasionales; planificaciones de golpes de estado; deliberaciones filosoficas etc.
      Hoy te puedes pasar horas charlando sin darte cuenta y disfrutar no solo del ambiente entre elegante y decadente sino también se ser servidos por los camareros más profesionales de la ciudad.
      A mí me apasiona mi café de la Opera pero no debo olvidar cafés que he conocido y que han marcado en mí una huella muy especial: Café de la Opera de París; Café Sacher en Viena con sus famosas torres de bolleria y tarta sacher frecuentado por nobles y personajes ilustres o el café de Kafka en Praga don el propio Kafka se reunia con compañeros intelectuales como Millan Kundera etc etc.

    7. Qué bien pasar un tarde de lluvia tras una taza de café, es cierto que son buenas para las tertulias, pero no nos olvidemos de sus posos, también pueden descubrirnos cosas, como las “meigas”.

    8. Interesante como todas tus historias, voy conociendo México que en tu blog ya empieza a ser un clásico

    9. Que suerte la tuya de haber compartido mesa, café y conversación con un personaje tan ilustre como Carlos Fuentes.
      Sin duda, un buen café tomado en un cálida cafetería, rodeado de buenos amigos, con los que poder conversar es uno de los placeres a los que la mayoría tenemos acceso, en este placer el elemento mas importante son los amigos.

    10. Veracruz, Carlos fuentes , el cafecito con las chilindrinas, que mas se puede pedir. Pero aqui si tengo que decir que siempre he tenido una fantasia, “””si alguna vez tuviera frente a mi al Gran Escritor CARLOS FUENTES que su sensibilidad , su arte maravilloso de expresarse y de contarnos sus historias fuera contagioso “””

    11. ese señor que llama vd. el patriarca, don fernando fernández lavid, es el inventor del “jai alai”, un delicioso helado de vainilla veracruzana, flan, crema y mermelada que es una de la especialidades más reclamadas de la parroquia.

    12. Estuve el año pasado en veracruz y, como no, una de mis primeras visitas fue al café la parroquia, el del malecón. Como siempre, allí estaban aquellos meseros con sus lecheras en mano sirviendo la leche al café expresso, que indistintamente se puede acompañar por pan dulce o por gordas, que son más tradicionales. O por lo que quieras puesto que la parroquia tiene una carta abundante de platillos, entre ellas la tortilla de papa española, y con su café entra todo. es un lugar amplio, con grandes ventananales que permiten estar en un local cerrado pero al mismo tiempo no estar ajeno al ambiente alegre de las calles de veracruz. Por su puesto que utilice la cucharilla para llamar al mesero porque esa tradición le da a este café seña de identidad y si no lo hace es como si no hubieras estado alli nunca..

    13. Veracruz, me trae muy buenos recuerdos, lástima que ahora no pueda hacer un viaje como el que hice hace 8 años.

      Lástima que Mexico esté pasando por un momento de inseguridad y violencia. Lo que vive hoy en día Mexico, Colombia lo vivio y fue terrible.

      Ojalá que ningún pais tenga que vivir esto.

    14. Por fortuna, Veracruz y su Estado son un paraiso envidiable dentro de la República Mexicana, muy lejos de Colombia o los lugares nuestros donde asola el narco.

    15. Deber ser un lujo estar en ese café de Veracruz sentado en una de esas mesas a la que acudían escritores, artistas, políticos y personajes singulares que han dejado su huella en la historia.

    16. Una de las cualidades de la Parroquia es que ha sabido combinar la rica comida veracruzana con conocidos platillos españoles y cubanos.

      Lo mismo pueden encontrar la célebre tortilla española de huevos y papas, la malagueña, el caldo gallego o la ropavieja, que es carne de res deshebrada revuelta en huevos con frijoles y arroz blanco.

      Excelente es también la rueda de pescado a la veracruzana o las puntas de milanesa a la Parroquia, que es un platillo que tienen patentado los dueños del Café, como las enchiladas especiales.

      Los sábados por la tarde hacen de manera extraordinaria tamales de masa y elote y es frecuente ver allí a muchas familias acudir a probarlas con una superchampola o con cualquier refresco o cerveza, en particular la Montejo, que se elabora en Mérida.

      Es un lugar maravilloso esta Parroquia para degustar y disfrutar de buenos platillos. Así, que vengan a Veracruz y pasenlo bién con nosotros y con nuestro folclor y cultura.

    17. Alguién de ustedes me puede indicar el nombre del barco en que Porfirio Díaz marchó para el exilio europeo?

    18. Para Zenón.
      El barco se llamaba Ipiranga, era de la compañía Alemana, Hamburg Amerika Lin y hacía travesias transoceánicas.

      La casualidad el verano pasado me llevo, en una visita que hice al cementerio de Montparnasse, a ver la tumba donde está enterrado Porfirio Díaz.

    19. Aunque usted lo deja entrever, pero no ahonda en el asunto, existe un segundo, o primer, café La Parroquia en el Puerto de Veracruz, que administran los herederos de don Mariano Fernández Lavid, hermano del señor don Fernando, del que se separó en los años noventa tomando cada uno caminos diferentes con el mismo nombre. Don fernando se llevó las cafeteras primitivas, pero don Marcelino su hermano mantuvo la tradición histórica del café y fue un persona reconocida por todos los veracruzanos, al margen de sus litigios familiares. Cuando los incidentes de Chiapas, llegó a decir que el único mexicano que quedaba por pisar La Parroquia era el mismísimo subcomandante Marcos. Es justo que se reconozca también a este español de Veracruz que al igual que su hermano ha contribuido con su negocios de cafés a elevar en lo más alto en toda la República y más allá de sus fronteras el nombre de Veracruz.

    20. No hay título más acertado para este post: “Puerta de Europa.”
      He visitado Veracruz y por supuesto que mi primera parada ha sido el célebre “Café de la Parroquia.”
      Pero yo me quiero referir -a propósito de Carlos Fuentes,- a su magnífica novela: “Los años con Laura Díaz”.
      Ahí da cuenta de los orígenes de su familia formada por emigrantes canarios y alemanes que llegaron a Veracruz ; crearon fincas de cafetales y fundaron bancos.
      Fuentes narra una historia alucinante que le sucedió a su bisabuela, y que le contaron sus abuelas.
      Su bisabuela viajaba en una diligencia de México a Veracruz que fue asaltada. Uno de los bandoleros le exigió que se quitara los anillos y la valiente bisabuela le contestó: ”
      “Primero me corta usted los dedos”. Y así fue, con un machete le amputo tres dedos. Carlos Fuentes tiene que recordar siempre que este episodio sucedió de verdad, aunque parezca una historia inventada.
      Así es Veracruz. Una Tierra que se mueve en un ambiente mágico, en el que se mezcla lo real con lo irreal .
      Les sugiero visitar Catemaco, donde se encuentra la mayor congregación de “brujos” del mundo.

    21. son datos muy interesantes los que nos aporta, que deberían ser tenidos en cuenta como recopilación en un texto a modo de libro sobre todo los rincones que ofrece el estado de veracruz y en particular el puerto.

    22. Viajé a Veracruz desde el Distrito Federal hace dos años y al llegar al Puerto lo primero que hice fue acudir a la Parroquia que está junto al Malecón a comerme bien tempranito unos chilaquiles con ese café lechero tan rico. Qué momento tan bueno me acabas de recordar con este artículo. Un gran saludo.

    23. Como bien apunta el autor, aunque Carlos Fuentes es conocido y presentado como escritor mexicano, en realidad nació en Panamá, donde su padre, diplomático, estaba destinado.

    24. Que daría yo ahora mismo por estar en Veracruz, lejos de este horrible frío que hace este invierno en Barcelona , saboreando tan a gusto, un rico pescado a la veracruzana.

    25. y yo, emily, saboreando unas deliciosas gordas en la nueva parroquia de boca del rio, si es con marimba mejor y si no yo pongo la música con la cucharita. al menos, aquí en manzanillo, no tenemos ese frio de barcelona. que envidia también no estar en barcelona y esas bonitas ramblas que llevan al mar, aunque tengas frío.

    26. ME TRAE RECUERDOS ESTE ARTICULO DEL CAFE ESPAÑA, EN LA PLAZA MAYOR DE SANTA MARIA LA REAL DE NIEVA (SEGOVIA), LLENO DE HISTORIA Y DE PLACIDEZ, EN OTRO MAR, EL DE CASTILLA. CUMPLIENDO UNA MISMA FUNCION: OFRECER SERENO REFUGIO FRENTE A UNA TAZA DE CAFE RECORDANDO TIEMPOS QUE SE FUERON Y CON LOS QUE SE HAN CONTRUIDO TANTO PASADO ENRIQUECEDOR. QUE MAS DA VERACRUZ O SEGOVIA CUANDO EL SILENCIO Y LAS MIRADAS DE LAS PAREDES DE SUS CAFES PERMITEN LA MEJOR COMPAÑIA POSIBLE.

    27. Lo mejor de la Parroquia son sus picaditas, sin desmerecer el plato volador con pechuga. Mmmmm!

    28. Qué sorpresa al leer su artículo, don Fernando, pues yo y mi familia nos encontrábamos ese mismo día que usted comenta en la sucursal de Boca del Río, muy cerquita de la mesa del Sr. Fuentes y su esposa, que estaba acompañado por sr. Gobernandor y otras personas. Recuerdo que pasaron allí varias horas, pués ya estaban cuando nosotros llegamos y siguieron al irnos. Me hubiera gustado haberme tomado unas fotos con ustedes, pero estaban platicando sus cosas y no quise molestarles. Fue un gran placer verles en Boca del Río, a donde acudo todos los domingos a hacernos unas meriendas a la española. Si no me equivoco, esa visita fue el 2 de agosto. Me complace mucho que se acuerden en España de nosotros y refieran este café centenario que es orgullo de sus parroquianos y todo el puerto de Veracruz. Por eso decimos que es el mejor café del mundo y el más antiguo conocido de México.

    29. Hola.
      Me ha recomendado este blog una amiga que vive en el puerto de Veracruz y me ha causado emoción leer este artículo sobre el Gran Café La Parroquia, que tuve el gusto de conocer cuando viajé a Veracruz y del que guardo recuerdos inolvidables. Ahora vivo en Alicante, donde a veces extraño ese viaje a México, en que visité el Distrito Federal, Puebla, Córdoba, Orizaba, Jalapa y el puerto. Tengo allí buenos amigos con los que intercambio correos y me envían fotos de sus rincones más bonitos. Yo soy español, de un pueblo de Valencia, pero me encanta México y todo lo que representa, cultura, música, historia, etc, etc. Tengo prometido volver, también a Veracruz, donde escuché cantar los sones jarochos, uno de los cuales, para quien en España no lo sepa, es La Bamba, que me dijeron es antiquísimo y es la música más representativa de Veracruz. Antes de que me recomendaran este blog estaba viendo en la tele “Españoles en el Mundo” y me ha dado sana envidia ver a los compatriotas contar los felicen que viven allí y lo que aman a ese país.

    30. Anoche en TVE 1 dieron un programa que suelo ver habitualmente, Españoles en el mundo, mostraron rincones de México que son una belleza. Esta mañana abro el blog y me encuentro tu tentador artículo. Quiero ir ya ¡¡¡¡

    31. Debió pasar una jornada muy agradable en ese fantástico café, en el que espero algún día disfrutar de un lechero a golpe de cucharilla.
      Es cierto, como apuntaban, que en Madrid el Café Gijón ha perdido gran parte del encanto literario que pudiera tener tiempo atrás. Por eso es importante mantener la llama de esos lugares que, por su especial tradición, esconden una amplia gama de olores y sensaciones, además del eco de conversaciones magistrales, difíciles de olvidar.
      L.

    32. Ay, amigo Fernando, yo no se nada de blogs. Al tuyo siempre llego por caminos insospechados que señalan vasos comunicantes. Yo soy de Veracruz pero tu blog me revela historias que me son ajenas y a la vez nostálgicas. El café de la Parroquia y en especial sus soportales –que dirían por aquí-, en mi niñez y adolescencia, era ese lugar indescriptible donde tomaban cafés cotidianos e interminables los papás (en masculino) españoles de mis amigas del colegio. Mis papás, veracruzano él y campechana ella, cuyo posible origen español –si alguno- se remonta a la memoria perdida de los tiempos, no tomaban café en la Parroquia. Si acaso, desayunábamos en familia los domingos en la Parroquia pero lo suyo es que fuéramos a comer a los portales del Hotel Prendes o del Hotel Colonial en medio de la primitiva algarabía de voces rotas, jaranas risueñas y arpas sentidas en sones jarochos. Pero a mi, de pequeña, siempre se me quedó la sensación de que esos hombres recios y distantes (cantabros, santanderinos, asturianos, burgaleses) que se sentaban en silencio y compañía a ver pasar la vida con la mirada puesta en la Catedral estaban tristes. Añoraban su tierra y El Café de la Parroquia, desde la atalaya de sus soportales, era su pedacito de España en Veracruz. Pero es cierto, me gusta, Veracruz es la puerta de Europa. Los veracruzanos somos muy andariegos. Y ahora, cada vez que regreso a Veracruz, voy al Café de la Parroquia y rencuentro a todas esas amistades que la lejanía las vuelve todavía más entrañables. Los Lobeira, por ejemplo, siempre están ahí con su sonrisa niña, su mirada joven y el recuerdo amado de Amadeo. Cuántas historias de vida han visto pasar esas cafeteras que tan bien describes. Cuántos recuerdos. Cuánta vida. Yo ya me voy para Veracruz.

    33. La Parroquia es mi lugar preferido cuando viajo a Veracruz. Me proporciona una paz interior difícil de contar en en estas líneas, aunque lo que de verdad me produce es una vuelta atrás a un México de libro de los años de la Revolución, con cafés en cada portal donde se contaban episodios del campo de batalla. Me gustó mucho su apunte.

    34. Que historia la tuya de compartir un cafe con grandes personajes y en un pais que no es tuyo pero que se ve que te agrada mucho por la forma como hablas de Mexico y sus distintas ciudades que visitaste.
      Al hablar de los cafes famosos me hiciste recuerdo del cafe ciudad de la ciudad de La Paz donde tengo muchos recuerdos buenos e inolvidables espero que alguna vez puedas visistar y conocer del pais de donde vengo Bolivia que tiene mucha costumbre e historia.

    35. Recuerdo el episodio con el que comienzas hoy… recuerdo que allá por agosto te comenté la envidia sana que sentía con solo pensar en aquella sobremesa junto a Carlos Fuentes y los amigos comunes con los que compartías café y tertulia en el Veracruz de tus amores. Y si la memoria no me falla, nos despediste con algo así como… pero ésa es otra historia. Y aquí está. Me dejo llevar por la misma ola de entonces y te leo otra vez, con envidia y un poco más de expectación.

      Y lo cierto es que me engancho a tu relato desde el principio y me siento, sin pedir permiso, en una de esas mesas mágicas, que no exclusivas, del histórico Gran Café de La Parroquia. Que igual le hablan al escritor por boca de su abuelo que a una curiosa como yo, que se conforma con escuchar sin hacer ruido… Café errante, le dices, qué preciosa metáfora! Errante, como los recuerdos que, al mismo tiempo son, porque permanecen. Como los usos, las manías de viejo, las tradiciones…

      Por eso me parece entrañable el colofón de tu historia… ese toque de cucharilla contra el vaso que al tiempo que llama al camarero hace lo propio con los fantasmas del pasado, amables, amorosos, intrigantes… que de todo hubo si hacemos caso de los detalles que, a puñados, aparecen en tu escrito.

      Pero si hasta se puede oler el aroma del café recien hecho…! Ay… esas viejas cafeteras italianas… quién pudiera!

    36. Maestro, tu crónica me hizo trasladarme al puerto de Veracruz y sentirme en una de las mesas de la Parroquia.
      Hoy me siento además de bien desayunado, con más conocimiento sobre este café, aunque a diferencia del “petit dejune” de Porfirio Díaz poco antes de tomar el barco “Ipiranga” que lo llevaría al exilio parisino, me voy por unos huevos a la mexicana (revueltos con tomate, cebolla y chile) . Por cierto hoy que estamos a unos meses de celebrar 200 años del bicentenario y 100 de la revolución mexicana, Porfirio Díaz es un buen tema. Su memoria sigue entre luces y sombras, más sombras que luces. Sus restos siguen en Paris, en el cementerio de Montparnasse, sus errores y el haber gobernado a México durante 34 años no se le perdona. Ya va siendo hora de que los mexicanos analicemos con cuidado la figura de Porfirio Díaz y lo ubiquemos en su sitio.

    37. La historia hay que asumirla como viene, guste o no, y porfirio diaz no es ya un problema para México, si es que lo fue, por lo que creo debemos reivindicar ese periodo para reflexionar en calma sobre lo bueno y lo malo de ese periodo, pero no dejemos pudrir más nuestra historia en un cementerio francés.

    38. Mucho gusto sr. Fernando Orgambides, mi nombre es Rebeca García, actualmente colaboro como editora para Gran Cafe de la Parroquia en la realización de un libro por su reciente bicentenario como empresa. Y le escribo de parte del capitán Ángel Fernández quien tuvo la oportunidad de leer su artículo donde hace referencia a su pasada visita al café y donde estuvo acompañado del maestro Carlos Fuentes y el gobernador Fidel Herrera. Y me pide comunicarme con usted para darle las gracias por sus agradables comentarios y solicitarle alguna direccion en la que podamos enviarle algunas bosas de café La Parroquia. Agradezco su tiempo, y también más adelante podemos ponernos en contacto con usted para nuestra futura presentación del libro.
      Gracias,

      Rebeca García.

    39. soy el bisnieto de jose capdevila en poco volveran a disfrutar los paltillos orignales de la epoca,claro modernizados,ya que
      cuento con el recetario original y quiero continuar con la historia que una vez hizo jose y la perdio su hermano
      manuel en la apuesta de cartas,yo seguire esa tradicion aumentada y corregida solo que ahora va a estar
      en la colonia roma de la ciudad de mexico que lo disfruten gracias jose,isabel y manuel en donde quieran que esten
      los ama su bisnieto rodrigo

    40. SUPONGO QUE DEBERAN SABERLO EN EL CAFE DE LA PARROQUIA, PERO ME SABE A ANTIGUA Y A ITALIANA Y NO CREO QUE EN MEXICO ESTE DISPONIBLE. TAL VEZ EN EUROPA.

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