Hoy me ha tocado a mi derecha un tipo sorbiendo por las narices. Ha sido hora y media de tortura en un desayuno de trabajo colectivo donde era imposible cambiar de emplazamiento. Pero no he perdido la calma. Aunque sí me he acordado varias veces de Manuel Azaña. Que al viajar a Cádiz a finales de 1931 le ocurrió un caso parecido cuando fue recibido en el límite del municipio de Tarifa por su alcalde. El entonces presidente del Consejo de Ministros no tuvo piedad. Y el griposo alcalde -tras darle el cumplido-, se quedó en el arcén. Cuando lo correcto hubiera sido que el presidente le invitara a subir a su automóvil para entrar juntos en la ciudad. Menudo era el de Alcalá de Henares. Lo de Azaña viene al hilo porque mi libro de cabecera permanente es la edición de sus Diarios Completos. En los que critica con ironía la planicie de los generales españoles de la época. Los mismos que cinco años después se sumaron al levantamiento que aplastó a la II República. De la lectura de Azaña deduzco que la mayoría de estos militares africanistas eran unos inútiles. Y comprendo como el elegido para liderar el golpe fuera Franco. Quizás por ser el menos inutil de todos. Pese a que le costó tres años ganarle la guerra a unos milicianos en alpargatas. Regresando a aquel viaje, Azaña cuenta que se desplazó por puro placer a Cádiz concidiendo con la Nochevieja. Lo que le permitió realizar excursiones diversas por los pueblos de la provincia acompañado de su esposa. Lola de Rivas Cherif. Con quien recibió el año de 1932 en los salones del Hotel Atlántico. Ubicado junto al mar. Y donde supongo que disfrutaría de una exquisita cena amenizada por una elegante orquesta de cuerda. Era lo que se daba en aquellos años de te danzante. Bonetes, pañuelos y medias. Corte de pelo a lo garçon. Maquillaje teatral. Y faldas al ras de las rodillas. Supongo que esta moda estaba también instalada en el Atlántico, que se aproximaba en categoría a los grands hotels de la época. Hoy ya va por su tercera construcción. Una pena. Porque se trataba de un edificio arquitectonicamente bello. Y que yo llegué a conocer. De estilo moruno. Lo que resultaba impactante porque rompía con la trama urbana del Cádiz dieciochesco. El hotel había sido inaugurado en 1929. Y fueron sus arquitectos los racionalistas Ricard Churruca y Francesc Fábregas. Entonces dos jóvenes (e inquietos) urbanistas catalanes vinculados a la Galería Dalmau, de Barcelona. Que habían incursionado en Andalucía con ocasión de la Exposición Iberoamericana de Sevilla después de haber conocido a Le Corbusier cuando viajó a la capital catalana invitado por su discípulo Josep Lluís Sert. Esa Nochevieja en Cádiz la definió Azaña de dolce far niente. Que se puede traducir como dulce ociosidad. E interpretar como no hacer nada. Tres días en un hotel junto al mar. Excursiones a poblaciones cercanas. Y una visita a las pinacotecas locales. En una de las cuales quedó sorprendido por un San Francisco estigmatizado que se supone de Murillo.
Compruebo que aquellas costumbres ociosas de Azaña son muy similares a las que nos acompañan hoy día cuando buscamos los números rojos del calendario para escaparnos a algún sitio. Y mejor aún cuando se trata de un puente. Llámese de Todos los Santos, como el que vamos a empezar a disfrutar. O de diciembre, que es el que conforman las festividades de la Inmaculada y de la Constitución. Azaña se jacta en sus Diarios Completos de que en aquella visita a Cádiz no leyó la prensa. Ya sería menos. Tal vez porque lo que tenía a mano eran modestos periódicos de provincia sin malicia política. Y no su favorito. El Heraldo de Madrid, vespertino republicano de izquierdas que llegó a tirar 160.000 ejemplares en aquellos años. Hoy día con un iPad no hace falta acudir al kiosko. Tampoco esperar a que alguien te acerque un ejemplar de cualquier diario. El iPad es una pantalla multitactil de tamaño cuartilla que permite la lectura de periódicos, entre otras funciones. Los veo a diario en manos de ejecutivos. Pero también acompañando a estos mismos ejecutivos en sus lugares de descanso. Yo todavía no he incorporado un iPad a mi cuaderno de notas, porque apenas estoy introducido en el iPod. Que me proporciona música. O en el iPhone. Que además de teléfono me permite otras aplicaciones. Entre ellas acceder a los periódicos mediante Internet. Un iPhone es lo que me llevo este puente a la provincia de Segovia. Que es donde pretendo (o no) disfrutar de una dolce far niente como la de Azaña en Cádiz. En el hotel que mi amigo Javier Giráldez posee en Torrecaballeros. Llamado El Rancho de la Aldegüela. Levantado sobre una vieja finca dedicada al esquileo de ovejas que se encuentra en una encrucijada de caminos entre el Románico y la Ilustración. O lo que es lo mismo, entre Sotosalbos y La Granja. Y relativamente cerca de dos grandes fogones castellanos. El que me garantiza mi buen amigo José María Ruiz Benito, gran maestro de los asados segovianos y viticultor de éxito. Pago de Carraovejas. O Santos, propietario del Bar Yagüe en la Plaza Mayor de Bernardos. Excelente sumillers. Y cuya mujer Casilda prepara los mejores escabeches de palometa, carrillera ibérica y pollo picantón que jamás antes había probado. Además de un excelente arroz con pato de granja o con verduras.
Me gusta Bernardos porque está cerca de Santa María la Real de Nieva. Donde existe un establecimiento que nos ha llegado intacto del siglo XIX. El Café España. Y donde hace muy pocos años se descubrió que está enterrada la reina Blanca de Navarra (1385-1441). Capilla Real de la Iglesia Mayor. Bernardos es un pueblo de seiscientos habitantes cuyo alcalde es Jesús Pastor. Excelente amigo desde los años 70 con quien siempre comparto mi primer Ribera del Duero cuando llego al Bar Yagüe. Fue en los 90 cuando se clausuró la línea de ferrocarril que atravesaba aquellos campos de Castilla. Segovia-Medina del Campo. Y que comunicaba el oeste de la provincia con las grandes líneas que circulaban hacia el norte de España. De aquello queda un conjunto de estaciones y apeaderos de ferrocarril de hermoso trazado arquitectónico. Estación de Yanguas de Eresma, entre otras. Que no se deberían perder. Aquella línea tenía 80 kilómetros de vía. Y se empezó a construir en 1880, año en que fue abolida la esclavitud en Cuba. Y también cuando llegó la luz eléctrica a los teatros de Broadway. He empezado citando a Azaña y ya estoy en Nueva York. Aunque lo que pretendo con este artículo es contar cosas sencillas (e incluso deslavazadas) propias del estado de ociosidad. Pero (sin duda alguna) interesantes. El propio Azaña combinaba sus asuntos ministeriales con excursiones vespertinas a poblaciones de la sierra madrileña. E incluso a la vecina Cuesta de las Perdices cuando el tiempo se presentaba breve. Yo ya me he hecho la hoja de ruta de este puente que está a punto de comenzar. Y además de lo ya referido -que no es poco-, mi intención es acercarme a la figura de José Patiño cuando servía a su rey (y a España) en La Granja. Un personaje tan interesante como Azaña, pero de la época de Felipe V. Con quien fue secretario de Estado. Y ocupó las carteras de Hacienda, Marina e Indias. Hacia Patiño profeso tremendo respeto. Pero también especial simpatía. No en vano, trasladó la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz. Lo que permitió que mi ciudad natal viviera su mayor apogeo histórico. Mandó construir el Arsenal de la Carraca. En cuyas mazmorras murió mi admirado general Francisco de Miranda. Y economizó la hacienda española, librando a los territorios de tributos extraordinarios y permitiendo que el erario público adquiriera reputación. No sólo calmó al Ejército en cuanto necesidades o creó una flota acorde al prestigio de España en el Mundo, sino también ha pasado a la historia por haber organizado a la perfeccción la fuerza militar que por estos días de noviembre -pero de 1720- pusieron fin al cerco a que estaba sometida la ciudad de Ceuta desde 26 días atras por el sultán Mulay Ismail. Muy interesante este episodio, porque la sola presencia en el presidido de 16.000 expedicionarios que habían zarpado el día anterior de Cádiz puso al sultán en retirada. Y si no es por la diplomacia europea, las tropas de Patiño llegan en formación hasta Túnez. Los Diarios Completos de Azaña integran mi equipaje para este puente. Mientras que la excelencia política (y humana) que concurre en Patiño es todo un mundo que pretendo recrear. Murió pobre en La Granja el 3 de noviembre de 1736. Donde hoy una lápida lo recuerda. Y sólo pudo legar a su sobrino la dignidad de grande de España conque Felipe V le había recompensado en el lecho de muerte por sus años servicio. Honorable biografía política de un hombre honrado que me va poner difícil la dolce far niente cuando pasee estos días por la calle donde estuvo su última morada.
(Fotografía: Fuente de Neptuno del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso).
En el blog: Dolce far niente: Hoy me ha tocado a mi derecha un tipo sorbiendo por las narices. Ha sido hora y medi… http://bit.ly/9oZUEj
Hete tu que yo he descubierto que mi iphone sirve para llevar una enciclopedia gastronómica de bolsillo, en la que las recetas siempre están a mano, sin tener que pensar en que libro la encontraste o, lo que es mas común en mi, en que libro dejaste aquella nota corregida en alguna receta. Particularmente me he enganchando al app (que así se llaman) del canal cocina.
Claro, que también he descubierto que tengo la mejor herramienta para conseguir que mi hijo se porte bien en un viaje largo. Todavía no tiene edad para jugar con consolas y chorradas varias que nos inundan (con lo bien que me lo pasaba yo a su edad con las canicas o con las chapas y a el no le sacas de los Gormiti), pero hace unos dias me baje dos apps que te recomiendo para los mas pequeños que puedas tener cerca “campanilla” y sobre todo “talking Tom”, un gato que ronronea cuando le rascas la tripita y que graba y reproduce lo que le dices. Una tontería al fin y al cabo, pero te va a costar no reírte un rato largo, sobre todo con algún amigo con ganas de juerga a tu lado.
Un fuerte abrazo desde el Pais del Bidasoa
p.d. y las mejores carrileras de cerdo ibérico no te voy a decir quien las cocina, pero mañana los dieciséis que van a probarlas, podrían darte alguna pista
Conozco el Café España de Santa María la Real de Nieva. Colocas allí a Valle-Inclán o a Pio Baroja y parece que estás en su tiempo. Creo que fue antes un casino…
Preciosas las fuentes del Palacio de la Granja cuando brotan agua.
¿Unos milicianos en alpargatas? ¿Sabía usted que todo el estado mayor del ejército de antes del 36 permaneció fiel a la República? ¿Sabia usted que la inmensa mayoría del material militar de ese mismo ejército fue usado en el bando republicano? No le falte usted el respeto al Ejército español de esa época.
Los militares de África eran capaces y capacitados hombres de armas, muchos de ellos con experiencia en combate, lo que fue determinante para el devenir de la guerra.
Los republicanos, grandes militares que quizá adolecían de esa experiencia.
La guerra se prolongó por la capacidad de ambos bandos, no por la inutilidad de uno de ellos frente a la debilidad del otro.
Documéntese y si no, no hable de lo que no sabe. Hacer aseveraciones a favor de viento es muy facilito.
Jolín, con el incorrecto!!!
Nunca me gustaron los militares, ni de un lado ni de otro, ni arriba ni atrás…
Pregúntale a ese amigo sumillers tuyo por este vino:
CHÁTEAU CHEVAL BLANC 2005. APELLATION SAINT EMILION. GRAND CRU CLASSÉ.
Besos.
Aunque no lo cuentas, para comprender mejor la personalidad de José Patiño Rosales habría que remontarse a los ochos años que profesó en la Compañía de Jesús, previos a sus años de servidor público. Por lo demás, simpático y entretenido artículo, en tu línea. No creo que ofendas a nadie con la alusión al Ejército republicano, los militares africanistas y el general Franco porque en realidad los que haces es trasladar tu critica personal del asunto a través de la metáfora. Un saludo, Fernando.
De la provincia de Segovia me gusta casi todo y en gastronomía pienso que hay otras cosas más suculentas que los asados, aunque evidentemente tanto el lechazo como el cochinillo es lo que más sale de la carta y lo que la gente más pide, pero yo me daría una vuelta en Segovia ciudad por el restaurante Maracaibo o por El Divino para conocer otro tipo de cocina. Indudablemente lo más espectacular de la provincia, y dejo Segovia y su acueducto a un lado, es el Palacio de la Granja y especialmente sus jardines. Es un paraje natural y arquitectónico único, sobre todo los jardines con sus fuentes, como la Fama, los Baños de Diana, las Ocho calles y gran la cascada. No he tenido aún la suerte de ver esas fuentes en funcionamiento pues creo que son unos dias muy señalados del año cuando dan sus aguas, pero esas esculturas de plomo pintadas de color bronce ya me dejan fascinado. Buena elección Segovia y su provincia para un puente.
Pués ese Café España de Santa María de Nieva se lo quisieron cargar los muy c… del pueblo con su alcalde a la cabeza!
A esos dos arquitectos que construyeron el hotel de Cádiz los separó la guerra, Churruca se quedó en España y el Fabregas acabó en el exilio. Un abrazo.
LOS AÑOS 20 SUPUSIERON TODA UNA REVOLUCION EN LA VIDA DE LOS RICOS Y NO DEL PUEBLO LLANO QUE SIGUIO VIVIENDO EN LA IGNORANCIA Y EN LA POBREZA, Y CUANDO DIGO LOS RICOS ME REFIERO A LOS DE LA CIUDADES PORQUE LOS RICOS Y LAS RICAS DE LA ESPAÑA RURAL SIGUIERON SOMETIDOS A LA VIGILANCIA ESTETICA DE CURAS Y CACIQUES, ASI QUE ESOS CORTES DE PELO A LO GARÇON Y LOS CORTES DE FALDAS COMO DICES NO CREO QUE CIRCULARAN HACIA DENTRO DE LA CUENCA DE TURIA, EN LA HUERTA MURCIANA Y MUCHO MENOS EN LOS PUEBLOS DE LA MESTA, POR PONER ALGUN EJEMPLO. YA HUBO OTRA REVOLUCION ESTETICA EN ESPAÑA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX QUE FUE EL ROMANTICISMO Y TAMBIEN LO FUE DE BURGUESES, QUE LA DISFRUTARON ENTRE ELLOS Y LEJOS DEL PUEBLO.
Que envidia elegir como ocio las tierras de Castilla… Espero te lo hayas pasado muy bien y en buena compañía. Saludos cordiales.
El mejor cordero en Segovia,
el mejor vino en Valladolid.
Espléndidas las puestas de sol sobre el mar desde la terraza del Hotel Atlántico de Cádiz. ¿Dices que va por su tercera construcción?
Como siempre un placer contar con tu blog …
D. Manuel Azaña aprovecho esa estadia en Cádiz para dar una conferencia en el Ateneo de Cádiz, que lo presidia en aquel momento D. Enrique Alvarez López
Debe de decir, “aprovechó”
Y QUE LISTO QUE ERA ESE AZAÑA QUE LO DEJO EN LA CUNETA.
Suscribo tu juicio sobre el Pago de Carraovejas, Excelente vino. Y también sobre el bar Yagüe, que ha colocado a Bernardos en muchas rutas gastronómicas. Merece la pena conocerlo.
Fernando, que no dices nada del bacalao rebosado que prepara Casilda en el Bar Yague y los vinos tan magníficos que te ofrece Santito. Por cierto, tienen una casa rural, la del abuelo Maxi, estupenda, que te recomiendo a ti y a tus lectores de toda España. Un abrazo, no sin antes darte las gracias por tus citas a Segovia y la promoción que haces de nuestra provincia. Hasta otra, amigo.
Sólo he leído Los Cuadernos Robados, los tres diarios que conservaba Franco, y que aparecieron hace unos años. El 27 de julio de 1932, Azaña se tomó un descanso aprovechando los días sin sesión de Cortes. “Lo más impresionante, la contemplación de Segovia desde la hondonada del Parvol, al anochecer.”, escribió. Me ha gustado todo el relato. Un saludo.
La verdad es que el título de este post me provoca contradicciones. Envidia, por un lado y rechazo por otro. Añoro como tú la silueta del Hotel Atlántico en Cádiz y disfruto a menudo paseando por los jardines de La Granja. Sin embargo, en ambas localidades huyo de puentes y aglomeraciones turísticas, más aún cuando los visitantes llegan ociosos y prepotentes, con ínfulas capitalinas. No es el caso, lo sé, pero no puedo evitar la imagen. Prefiero expresiones como “A pájaros” o “matando moscas” que indican igualmente ociosidad, pero suenan menos clasistas.
LE RECOMIENDO COMO LECTURA “VIDA Y TIEMPO DE MANUEL AZAÑA. 1880-1940”, DE SANTOS JULIA. DE EDITORIAL TAURUS. ES UNA OBRA COMPLEMENTARIA A LOS “DIARIOS COMPLETOS” QUE USTED SEÑALA Y QUE AYUDA A CONOCER MAS A FONDO LA PERSONALIDAD POLITICA Y HUMANA DE DON MANUEL AZAÑA, ASI COMO SU PENSAMIENTO. RECIBA UN SALUDO.
Estuve sólo una vez en Segovia, me encantó. Esa Casa de las Puntas!!! Espectaculares las fuentes y los jardines del palacio real de La Granja de San Ildefonso. Enhorabuena por disfrutarlos.
Estimada Marta, sólo una precisión: Efectivamente son puntas de granito pero este edificio del siglo XV que tenemos en el centro de Segovia se le conoce como Casa de los Picos
Esa foto de Neptuno es de premio “gordo”… Qué belleza en esos reales sitios… Espero que Patrimonio esté haciendo una buena conservación… Por cierto, estamos en época de NISCALOS… Pero qué ricos, Dios mío…
buenísimos los níscalos, más si son segovianos.
El “dolce farniente” es muy de estas tierras del sur y también de Roma. Un amigo periodista que me encontré en Roma me comentó que allí le había pasado lo que en Sevilla: que no hacía nada porque en ambos sitios era igual de difícil hacer algo. Por cierto, que, al leer el nombre de Azaña me he acordado de que en Roma conocí a un sobrino suyo con una casa muy romana, pequeña y con enormes cortinas muy bien puestas. Nos contó que tenía muchos documentos de su tío. De ésto hacen ya muchos años. Como era bastante mayor no creo que siga viviendo y los documentos estarán ya en España.
“Mi vida es tan monótona, que los días pasan sin dejar nada notable o siquiera pintoresco, digno de consignarse aquí. Siempre veo las mismas gentes, trato iguales ausntos. Por dentro, también estoy como aplastado, ahogado por el ambiente…”
(Diarios de Manuel Azaña.Madrid, 15 de febrero de 1915. Nostalgia de Paris)
Muchas felicidades por el artículo, amigo Fernando. Un beso.
LO QUE HE APRENDIDO HOY, MON AMI…