Viernes, 22 de julio. Madrid empieza a despoblarse en esta tarde soleada (y suave) previa al puente de Santiago. La doble matanza de Noruega me empuja a sintonizar el Canal 24 horas. Echo de menos CNN+, aunque la cadena pública está a la altura. 76 muertos he sabido después. Es un horror que me recuerda masacres similares en España. Las imágenes son desoladoras y la conmoción va a estar presente en la gente de bien durante un tiempo. Pero la vida sigue. Viene a buscarme a casa Tirma Ayerbe. Que es una joven actriz bilbaina que actualmente hace representaciones históricas de teatro por tierras castellanas. La próxima en el castillo de Belmonte, basada en las disputas entre Isabel de Castilla y su sobrina Juana La Beltraneja. Caminamos conversando hacia el Madrid de los Austrias con el teatro como argumento. Le cuento que admiro a las nuevas generaciones de profesionales que se están abriendo a duras penas camino en la vida en estos tiempos difíciles. Es gente formada y viajada, cuyo talento no está reconocido. Ni tampoco pagado. Siento que los de mi edad somos unos privilegiados. Y a veces un tapón para ellos. En mis reflexiones en soledad surgen momentos en que desearía abandonar el status que disfruto. Y aunque sé que se trata de pura utopía, me gustaría ocupar un sitio entre ellos. Contrariamente a lo que nos traslada Woody Allen en su última película, Midnight in Paris. En la que un joven estadounidense (Owen Wilson) con ambiciones literarias aprovecha su estadía en Paris para viajar a los años 20. Y conocer en ese sueño a los grandes intelectuales de la bohème. Con los que se identifica desbordando entusiasmo. Confieso que entré con reticencias en la sala, pero salí muy satisfecho de la película pese a su abrumador reparto. Sobra Carla Bruni (como guía del Museo Rodin), aunque supongo que Allen sabe lo que hace. El cineasta neoyorquino nos muestra un París (para mi) exquisito. Mejor presentado que otras ciudades elegidas para sus películas. Y me refiero a Vicky Cristina Barcelona. A Woody Allen me lo he topado dos veces paseando de la mano con su joven esposa Soon Yin por Manhattan, a la altura de Park Avenue. Como un transeunte más que serpentea para hacerse paso en la jungla urbana. Es por lo que pienso que sabe retratar excelentemente a las ciudades, pero se equivocó con Barcelona. Que la presentó desprovista de nombres propios. Y clasificada en postales. Si en Midnight in Paris recurre a Maxims y a la Brasserie Lipp. En Barcelona podría haber hecho los mismo con el Bar Mut -que sé que frecuentaba durante el rodaje- o el Bar Mundial, que tiene un vermut exquisito. Y además viste sus paredes con una colección de fotografías de la edad de oro del boxeo. De la película parisina de Allen me quedo con el papel de la Muse Adriana interpretado por Marion Cotillard, de quien se nota que es hija de actores. Adrien Brody encarna acertadamente a Dalí. Y existe un actor secundario cuyo nombre ignoro que caracteriza con proverbial exactitud al torero Juan Belmonte, pero lo desgracia el doblaje al español.
Evito pasar con Tirma junto a la Iglesia de Santiago, levantada en tiempos de José Bonaparte. Y cuyos aledaños estarían años atrás (y por estas fechas) de verbena. Muy cerca de allí, en Plaza de Ramales, ETA mató el 29 de julio de 1994 a tres personas, entre ellas a mi gran amigo el teniente general Francisco Veguillas. Persona excepcional a quien Narcís Serra, ministro de Defensa entonces, había encomendado la primera gran reforma que se hizo en el Ejército tras la muerte de Franco. Cuando coincidía con él de paisano, a lo que menos se parecía era a un militar. Pués se caracterizaba por llevar camisas de colores chillones, corbatas extravagantes y americanas de grandes cuadros. Era un personaje de Allen, pués no en vano había estado destinado en Estados Unidos. Y se había traído de vuelta a España algunos de sus tópicos. Impresionante era aquel hombre, cuyos asesinos pudieron acabar con su vida pero no con su espíritu. Porque se fue de este mundo con la refoma militar ya hecha. La Calle Mayor acusa el éxodo de los madrileños. Y Tirma y yo hacemos un alto en Casa Ciriaco. Que es un lugar de novela. Y también de historia. La doble matanza de Noruega sigue presente. Y le explico que desde el edificio donde nos encontramos el anarquista Mateo Morral atentó en 1906 contra la comitiva nupcial de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battemberg. En las paredes de Casa Ciriaco una fotografía da cuenta de lo ocurrido. Y ya en la calle un monolito siempre con flores recuerda la tragedia. Que causó 30 muertos. Tirma empina la clarita de cerveza como si estuviera en escena. Aproximándose a cómo lo hace Keira Knightley con una botella de ron en Piratas del Caribe. Le provoco sonrroja cuando se lo digo. Porque esto de saber tomar un copa tiene su historia. El trago que más me ha impresionado en el cine es el de Rick (Bogart) en Casablanca ante una botella de Bourbon. Aunque fuera del cine (y en la vida real) eran célebres los de Ava Gardner en Chicote. O en Ricardo, en plena Calle Larios de Málaga. Tras pasear por el barrio de los Austrias, hemos recalado en la Taberna Arzábal, que es de los restaurantes que más frecuento de Madrid. Ubicado en la Calle Doctor Castelo (frente a El Retiro), en poco tiempo se ha convertido en uno de los establecimientos más solicitados de la capital. Tengo la suerte de ser amigo de sus dos propietarios. Y Alvaro Castellanos -uno de ellos- nos consigue una mesa (ya rozando las once y media de la noche) justo al lado de otra donde cena con un grupo de amigos la mujer con más poder en el Gobierno Zapatero. Me da apuro. Y me situo de espaldas por respeto. Es la primera vez que hago esto. Porque seré periodista siempre. Y la curiosidad forma parte de mis hábitos. Pero de un tiempo a esta parte estoy modificando algunos aspectos de mi vida siguiendo las insinuaciones de una buena amiga gaditana que vive en Madrid. Que cuando digo negro dice blanco. Y cuando dice blanco digo yo también blanco. Le cedo la vista a Tirma, pero ella sigue hablando de Isabel de Castilla y de Juana la Beltraneja. Del Castillo de Belmonte. Y de muchas cosas más. Pero llevándose el Rioja a sus labios con prevención. No le vaya yo a identificar con escenas históricas del cine que en su caso no sería más que pura coincidencia.
Tirma y yo nos despedimos en la Plaza de la Independencia. Y desde allí inicio el retorno a casa en un Madrid ya vacío. Que me adelanta a las tranquilas noches de agosto. Ningún cine de la Gran Vía anuncia Midnghit in Paris. Tampoco los personajes que me encuentro a esas horas en la calle son del tipo de Woody Allen. Este puente de Santiago ha desnudado a la ciudad permitiendo que muestre su pureza. No hay que viajar hacia atrás en el tiempo como hace el protagonista de la película de Allen para descubrir un café en la Calle de Núñez de Arce donde podría estar Machado componiendo un soneto para Guiomar. O encontrar en la Calle Caballero de Gracia una taberna andaluza donde Belmonte cierra dos tardes de toros en La Monumental de Las Ventas. Y observar la luz encendida de un viejo hotel de la Puerta del Sol al que acude de madrugada Sánchez Mejías para enamorar a La Argentinita. El restaurante Edelweiss me incita a pensar que en su interior comparten mesa Lorca y Dalí frente a unas bratwursts y dos jarras de cerveza bien frías. Y la Carrera de San Jerónimo me hace suponer que el único transeunte que me precede puede ser Neruda. Que camina de prisa hacia La Casa de las Flores después de haber mantenido un encuentro secreto con Delia del Corral en una habitación del Palace. Allen recrea los años 20 de Paris con una decena de intelectuales, de los cuales tres son españoles. Buñuel, Picasso y Dalí, sin contar al torero Belmonte. Los cuatro comparten historias. Y los cuatro formaron parte del paisaje madrileño del siglo XX. Como también Hemingway, otro de los retratados en Midnghit in Paris. Que curaba sus noches de alcohol con sueños profundos en el Hotel Suecia. La soledad del puente de Santiago invita a estas recreaciones. Pero la realidad es distinta. En Oslo y en Utoya la policía noruega empieza a indentificar cadáveres. La mayoría son jóvenes que participaban en un campamento de verano del Partido Laborista. Y frente a la Iglesia de Santiago -donde desde hace años ya no se celebran verbenas- el silencio es aún más profundo. Porque sus campanas dormidas las imagino tocando a duelo por la muerte de Veguillas hace ahora justamente 17 años. En la Plaza de Oriente duermen también en el tiempo los reyes borbones. Y el único que les ha sobrevivido sólo acude allí para recepciones oficiales. Madrid en familia es tan teatral como cinematográfico. Creo que Tirma a partir de hoy distinguirá lo que es interpretar un trago sobre tablas. Y disfrutar de una clarita en una vieja taberna. Probablemente Isabel de Castilla y su sobrina La Beltraneja podrían haber dirimido sus diferencias con un poco de alcohol. Como Keira Knightley atemperaba su furia antes de entrar en amores con Jhonny Deep en Piratas del Caribe. Pero Madrid no estaba en la agenda de Isabel de Castilla. Y los piratas de la ciudad han desaparecido de sus calles con el puente.
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He sentido nostalgia al leer el blog del 23 julio ,he recorrido esas callesde MADRID de noche y he disfrutado de los sitios que citas aun no viviendo alli los conozco ,y en casa ciriaco hecomido varias veces con el autor de cuadros que alli estan colgados y que tiene renombre tanto el como su padre seguro que tu lo conoces .
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Cierto que Woody se esmera en la película de Paris y presenta una ciudad muy atractiva. Sospecho que habrá tenido remuneración por ello, sino es inexplicable la presencia de la primera dama en la película. Por cierto, sosísima.
Comparto contigo la opinión sobre Vicky Cristina Barcelona, fue una una película fácil que además no sólo estaba centrada en Barcelona pues se rodó también en Asturias. Esta de Midnight in Paris es otra cosa, pero Woody Allen tiene mucho a su favor, no sólo fotografía con acierto a las ciudades sino que incorpora actores de cada país que comparten guión con los actores americanos, dandole a sus películas un sentido más cosmolita, como fue Penélope Cruz en Vicky… y la actriz francesa Marion en Midnight… A mi ha gustado también mucho la película, tiene el sello Woody.
Comparto el impacto por las matanzas Noruegas. Un guión absolutamente inteligente el de la última película de Woody, geniales los traslados cada medianoche en un coche de época, la fotografía y la música de Cole Porter que también vivió el París de los años 20. La aparición de Carla Bruni es un “divertido despropósito”. Cierto, el personaje de Belmonte con ese acento hispanoamericano, resulta un tanto extraño. Estupenda Gertrude Stein, su casa, los diálogos con el protagonista y el ambiente que le rodea. Una película para amarla o abandonar la sala a los quince minutos por aburrimiento. El conocimiento de los personajes que van sucediéndose y encontrándose en la noche parisina, es fundamental para gozar de la obra.
NO CREO QUE ISABEL LA CATOLICA ACEPTARA UN TRAGO, ERA MUY RECATADA. LA BELTRANEJA ES POSIBLE, SUFRIO MUCHO.
Esto de Noruega es espeluznante, como todos los atentados y desgracias que ocurren en el mundo, pero pienso que un país tan pequeño y tan tranquilo como este no se lo podíani imaginar y les ha pillado desprevenidos.
espeluznante la matanza de noruega, no comprendo como puede haber monstruos asi, merece todo el asco del mundo, este tipo tiene que pudrirse en la carcel aislado hasta sus ultimos dias
Woody Allen me encantaba, pero ultimamente me resulta cargante, no tenía intención de ver esta película, pero por lo que cuentas en el blog y los comentarios no pinta mal, aunque solo sea por disfrutar de París, iré a verla.
El recorrido por Madrid de cine.
Es un horror lo que sucedió en Noruega,tantas muertes por un loco que cree que puede hacer bien a la humanidad matando a tanta gente ojala la justicia lo deje hasta sus últimos días en la cárcel pero ni así pagaría lo que hizo.
Me diste una buena razón para volver a ir al cine ja ja buscare la pelicula para verla y disfrutar de parís.
Coincido contigo, Woody Allen ha logrado una buena película sobre los años 20 de Paris, lo que ocurre es que mucha gente no está familiarizada con esos nombres. Me ocurrió a mi, que gracias a la caracterización de los personajes pude identificar a Picasso y a Dalí, aunque para eso está el cine: para aprender. Saludos.
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Me encanta Woody Allen, pero esta pelicula no la he visto, iré a verla pronto.
ME ENCANTA EL PASEO POR MADRID QUE NOS RELATA, TUS RECUERDOS DE SERES QUERIDOS Y LA COMPAÑIA DE UNA JOVEN ACTRIZ DE TEATRO QUE CUENTA SUS IMPRESIONES. CONOZCO BIEN ESE ITINERARIO, PERO TU IMAGINACION A LO WOODY Y LO QUE SABES LO HAN ENRIQUECIDO TANTO QUE ME HA PARECIDO IDILICO. CLARO QUE SOLO ES POSIBLE CUANDO LA CIUDAD SE DESNUDA. QUE SUERTE HAS TENIDO.
Este recorrido por Madrid, al caer la tarde resulta muy apetecible mas con la paradita en Casa Ciriaco
Muchos recuerdos me traen los lugares que citas, hace tiempo que no voy por Madrid y me has hecho entrar el gusanillo, me encanta el Edelweiss allí he comido el mejor codillo del mundo .
Es una pena lo que paso en Noruega tantos muertos por una persona enferma ojala pague lo que hizo.
Los atardecer es madrileños deben ser bonitos en buena compañía fue un gusto leer este articulo.
No estoy en absoluto de acuerdo en que los de nuestra edad seamos unos privilegiados, ni pienso que seamos un tapón para nadie,el que se esfuerza y trabaja sale adelante, los de mi generación que es la tuya hemos tenido que luchar y mucho, creo que tenemos bien merecido el status.
Es infinitamente mejor película Midnighit in Paris que Vicky Cristina Barcelona. A mi no me parece tan mal que salga la Bruni; es solo un papelito, Fernando.
Primer vez que entro en este blog y me ha impresionado tu literatura. Mucho éxito, maestro. Te seguiré desde ahora. Agur.
Lamento profundamente lo sucedido en Noruega. Deseo expresar mi apoyo a las victimas y desear que esto no vuelva a suceder en ningún rincon del planeta, es un deseo útopico, pero con esperanza de que algún día pueda llegar a ser realidad
És uma pessoa muito atual e com muita sensibilidade. Teus artigos sempre estan com a notícia!
Sin palabras por lo sucedido en Noruega.
Sigo de cuando en vez este blog y me sorprende la afluencia de comentarios infantiles que lo acompañan, que no dicen nada de nada y cuando lo dicen bailan al compas del autor, que estará encantado de conocerse.
Por cierto, me parece una caca la película de Woody Allen, como también toda la fantasía que recrea.
Pufffff!
No sé lo que pretendes, estimado Alejandro. Por lo que me consta, en este foro si coincidimos en algo es que somos respetuosos y puedo decir lo que pienso. Respeto lo que piensas de la película porque cada uno tiene su opinión al respecto. Calificar de forma general a la gente de infantil me parece un insulto y como me doy por aludido te diré que tengo 47 años y he visto ya muchas películas de Woody Allen. No admito que nadie me clasifique porque este es un foro libre que yo he elegido y nadie me ha impuesto. Así que los insultos, a otra parte. No tengo nada más que decir.
Caminar por Madrid con todos tus recuerdos a cuestas y dejandolos caer para que quien te esta leyendo .. estoy disfrutando enormemente . Y, con un poco de envidia sana . Pues, me encantaria ir caminando por mi ciudad y que cada ventana o bar o hasta una farola me trajera los recuerdos que tu vives y entretejes. Nuevamente gracias
Hola Fernando, ¿qué tal va todo? Confío en que bien y que estés llevando bien estos días de verano y calor estival!
Pese a que ya hace algún tiempo que no he tenido demasiado tiempo para mi, ni para relajarme, sentarme y disfrutar de las aficiones que me gustan (además de saborear una copa de buen vino)… Como se puede observar, hoy sí que tengo ese tiempo y voy a aprovechar para entretenerme leyendo cosas interesantes y que me divierten, como es el caso de tu blog, Fernando.
Hay veces que lo único que se escucha en las noticias son desgracias, ya sea en CNN, Canal 24h, Canal 3×24, etc. Por desgracia, los 76 muertos y numerosos heridos en la “locura” sucedida en Noruega el pasado sábado día 23 de julio de 2011 no es un suceso que se escape de ninguna emisora de radio o televisión informativa que se haga respetar. El autor del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, fue recluido en una celda de siete metros cuadrados en el centro penitenciario de “Ila”, en Sandvika, en el oeste de Oslo. El noruego, de 32 años, ultraderechista próximo a fundamentalistas cristianos y profundamente islamófobo, permanecerá allí cuatro de las ocho semanas de prisión preventiva, prácticamente aislado y vigilado las 24 horas del día para evitar que se suicide, agregó la publicación. Según el director del centro penitenciario, Knut Bjarkeid, la celda de Breivik (el autor de los fatales sucesos) cuenta únicamente con una cama, un retrete, una silla y una mesa. Durante este primer mes de reclusión, el autor del doble atentado no podrá relacionarse con ningún otro preso y podrá comunicarse únicamente con su abogado, Geir Lippestad, así como con la policía.
Un portavoz de la vigilancia de la prisión señaló que se había descartado recluir a Breivik en el centro penitenciario de Ringerike, en el fiordo de Tyri, donde también está la isla de Utøya, en la que Breivik abrió fuego contra los participantes de un campamento de las juventudes socialdemócratas y mató a 68 personas a tiros. Previamente, el autor del tiroteo había hecho explotar un potente carro bomba en el barrio gubernamental de Oslo que también mató a ocho personas. Por otra parte, está previsto que dos psiquiatras forenses comiencen a estudiar el estado mental de Breivik, algo que podría durar varios meses, aunque el abogado de Breivik había declarado la víspera que su defendido está loco y que vive en un mundo paralelo.
Cabe recordar que la policía noruega tardó más de una hora y media en presentarse en la isla de Utoya para iniciar la investigación, ya que el helicóptero policial no estaba operativo por falta de presupuesto… La policía pidió excusas a la comunidad alegando que todos los efectivos policiales estaban en el atentado bomba en Oslo… Como es lógico, a petición gubernamental y popular, el primer ministro noruego ayer anunció que la reacción policial será analizada e investigada…
Para entender esto, personalmente, creo que también hace falta analizar y entender la sociología de los noruegos. Una de las anécdotas más conocidas en Noruega cuenta que el rey Olaf V, que reinó en el país desde 1957 hasta su muerte en 1991, solía pasear libremente por Oslo sin guardaespaldas y sin temor a ser atacado. Cuando un periodista le preguntó cómo podía ser así, el rey contestó: “Tengo cuatro millones de guardaespaldas”. Esa era la población de Noruega en los años setenta y hasta hoy en día, ningún tipo de policía de “a pie” noruega lleva ningún tipo de arma encima, únicamente, la policía de especializada, de asalto y el ejército noruego son los autorizados para llevar armas (no como en España y muchos otros países del mundo).
Al igual que en Canadá, donde la gente no cierra sus vehículos, ni las puertas de sus casas (muestra de una sociedad confiada), Noruega, hoy por hoy, tiene que tomar cartas en el asunto y estar mejor preparada para sucesos como estos (por suerte, hasta ahora aislados). Si nos ponemos a pensar, de todas las cosas que pueden cambiar tras los atentados del viernes, la más llamativa sería que los noruegos se volvieran un poco más seguros y desconfiados. Por ahora, esa transformación no se ha dado y sigue siendo bastante fácil entrar a algunos de los organismos oficiales que en otros países resultan inaccesibles para los ciudadanos. El lunes, en el Palacio de Justicia, cuando todo el mundo esperaba la llegada de Anders Behring Breivik, era fácil moverse por el edificio sin que nadie pidiera la más mínima documentación. La misma confianza mostraban los militares que vigilaban el domingo el perímetro de “Youngstorget”, la plaza donde explotó el coche bomba. Con un carné de periodista se podía pasar el cordón y acercarse hasta la zona dañada que en esos momentos era visitada por el rey y el primer ministro sin mucha presencia de guardaespaldas.
“No estábamos preparados para algo así. Es cierto que este no es un país muy seguro, pero es que nunca hemos sufrido tanto terror. Espero que las cosas no cambien demasiado. No me gustaría que este país se convirtiera en un Estado policial”, aseguraba el lunes Veki Vette, una mujer de 62 años que curioseaba a las puertas del Palacio de Justicia.
Más allá de las sensaciones de los ciudadanos, la labor policial ha sido puesta en tela de juicio desde el mismo día de los atentados. Para empezar nadie consigue entender cómo los agentes tardaron una hora en llegar a la isla de Utoya, donde los jóvenes eran abatidos indiscriminadamente por las balas de Breivik. Un portavoz policial aseguró el lunes que si llegaron tarde fue porque no tenían un barco con la capacidad necesaria para transportar al equipo capaz de enfrentarse al terrorista. Tampoco pudieron hacer uso de los helicópteros, según relató el jefe de la policía, Sveinung Sponheim, porque la base de los helicópteros se encuentra al sur del país. Como muestran las imágenes publicadas estos días, los helicópteros de algunos medios de comunicación llegaron a Utoya cuando la masacre todavía se estaba produciendo. Más tarde, los agentes llegaron y tardaron 20 minutos en reducir al terrorista.
Otro punto polémico ha sido la gestión de la información. La habitual transparencia de la policía noruega ha hecho que el número de víctimas haya bailado desde el viernes varias veces. Hasta el lunes la cifra total era de 93, pero el jefe de la policía la rebajó a 76. Según explicó, esa revisión se debe a que se ha estado trabajando en “circunstancias difíciles”.
Más pruebas que ponen en duda la seguridad del país. El hecho de que la explosión se produjera en la calle donde está la oficina del primer ministro y la facilidad con la que el terrorista burló los controles, han sembrado en muchos la idea de que es necesario cambiar. El primer ministro, Jens Stoltenberg, declaró el lunes a la cadena británica BBC que “habrá un antes y un después de los atentados”, aunque aseguró que el país no perdería “sus valores de apertura y democracia”.
Por si no fuera poco, el terrorista había sido vigilado por los servicios secretos noruegos en marzo, después de que realizase una sospechosa compra de productos químicos por Internet a una firma polaca. La información no fue considerada relevante. La falta de seguridad no suele ser tratada por la prensa noruega. Sin embargo, el año pasado, el diario VG, uno de los de mayor tirada, publicó un reportaje sobre la facilidad con la que los presos podrían escaparse de la cárcel “Oslo Fengsel”, al este de la ciudad, donde los árboles de uno de los patios eran mucho más altos que el muro de la prisión…
En fin, dejo eso ahí y que cada uno piense como crea conveniente… Es un placer poder volver a comentar un trocito de tus ideas Fernando. Un cordial saludo y hasta pronto.
Cefe.
Desgraciadamente, los piratas siempre vuelven a las ciudades. Han sido unas cortísimas vacaciones, Fernando, porque ya están de nuevo en las ciudades planeando qué te pueden quitar…
No entiendo lo de los comentarios infantiles a los que se refiere Alejandro. Este es un foro plural, en el que cada cual comenta lo que le apetece. Yo al menos lo hago. Unas veces coincido con el autor, otras no. Hoy coincido en algo: yo también echo de menos CNN+. Mucho.