Cuacos de Yuste es un municipio de apenas 900 habitantes en la comarca cacereña de La Vera. Está próximo al monasterio donde Carlos V se retiró tras abdicar en su hijo Felipe II. Y desde 1988 dispone de un pequeño cementerio en el que descansan soldados alemanes que murieron en España (y cerca de sus costas) durante la I y II Guerra. Las 155 tumbas de granito negro allí alineadas son iguales. Es un lugar de paz entre olivos perfectamente integrado en el paisaje. Que fue inaugurado durante el mandato del canciller Khöl. Con su construcción se cumplía la tradición de reunir en un mismo lugar a quienes dieron su vida por el país. Pues no es común en Alemania la repatriación de sus muertos de guerra. Entre los que allí yacen figura un joven telegrafista del submarino U-755 cuyo cadaver fue arrojado por el mar a la playa de La Malvarrosa de Burriana, Castellón. El marinero llevaba colgado al cuello un tubo con su fotografía e identificación. Hubert Sasse se llamaba. Aquello ocurrió en la primavera de 1943 cuando un avión Hudson del 608 Escuadrón de la RAF hundió el submarino a cuya dotación pertenecía. Del coste del entierro se hizo cargo por razones patrióticas un industrial alemán afincado en Valencia de nombre Josef Kaufer. Que había sido entrenador de la Unión Deportiva Levante en los primeros años de la postguerra española. Hoy Sasse descansa en Yuste, pero su tumba originaria permanece intacta en el cementerio de Burriana. Jamás fue visitada por sus padres porque eran muy humildes. Y Kaufer se convirtió en su único referente en España al tiempo que hacía de intemediario de la familia. Historias que vienen del mar como la que recojo se prodigan por los pueblos costeros de España, pero el hecho de que se resolviera entre alemanes evidencia un sentimiento identitario que no lo tiene cualquier país. No es casual que este cementerio de guerra se encuentre ubicado en Cuacos de Yuste. Porque en el monasterio próximo -y que inicialmente albergó a monjes jerónimos- murió de manera sencilla el kaiser Carlos V. Que es también patrimonio alemán, aunque compartido con España. En una de las casas de la corredera del pueblo residió de niño Don Juan de Austria, el vencedor de Lepanto. Que fue reconocido allí mismo como hijo legítimo por el emperador. Después de confesar que a los 46 (y ya viudo de Isabel de Portugal) tuvo un desvío amoroso con una joven cantante de Ratisbona (o Regensburg) de nombre Barbara Blomberg.
Las aguas del Danubio surcan empujadas velozmente por la corriente bajo el viejo puente de piedra de Regensburg. Le queda aún a este río en el que se inspiró Strauss (hijo) pasar por Viena, Budapest y Belgrado antes de desembocar en el Mar Negro. Contemplé por primera vez estas aguas en tierra austriaca. Y después en Hungría. Es el segundo rio más importante de Europa. Y está unido plenamente a la historia continental. En él se fijaron las legiones de Marco Aurelio para fundar Ratisbona. Y junto a su cauce cabalgó Carlos V cuando residía en la ciudad. Que fue la capital del Sacro Imperio. Recorro estos días en tren el sur de Alemania. He estado en Ausburgo, donde nació Bertol Brecht. Y en Nuremberg, la ciudad de Durero. Hoy toca Ratisbona, a donde he llegado desde la estación de Múnich a bordo de un viejo vagón con compartimentos de un tren Alex. La ciudad está perfectamente cuidada. Y se mantiene intacta porque -al contrario que otras- salvó milagrosamente su conjunto histórico durante la II Guerra. En Haidplatz se encuentra el Café Creuz. Está en los bajos de una vieja posada imperial (hoy el hotel más antiguo de Alemania) que en su día fue residencia de Carlos V. Y en donde se supone que el kaiser resolvía sus amoríos con Blomberg. Fue en su retiro de Yuste cuando entró en remordimientos. E hizo llamar a su hijo para incorporarlo a la familia real. Hasta entonces se llamaba Jerónimo. Y tenía un hermanastro en Bruselas. Fruto de una segunda relación que Blomberg mantuvo con Jerónimo Piramo. Primer tutor de Don Juan de Austria. Y depositario hasta entonces del secreto mejor guardado (y pagado) de quien fuera emperador de Alemania. En la torre almenada de esta vieja posada -llamada Goldenen Kreuz (o Cruz de Oro)- luce un medallón que recuerda al hermanastro de Felipe II. No es el único honor que recibe de su ciudad natal porque en otra plaza próxima se erige una estatua en bronce réplica de la que desde finales del siglo XVI se encuentra en la Piazza dei Catalani de Messina, Sicilia. Que es de donde partió la flota que venció a los turcos en Lepanto. En en el Café Kreutz merienda un grupo de turistas. Mientras otros se acercan al medallón de Don Juan de Austria para conocer su relación con el lugar. Ratisbona es una joya bávara que brilla por sí sola en el paisaje verde de Alemania. Conserva delicadamente su pasado. E invita al viajero a recrear su historia.
Entre Carlos V, Don Juan de Austria y Barbara Blomberg he elegido a ésta última como acompañante imaginaria por las calles de Ratisbona. Era hija de un mercader local. Y perdió su virginidad con el kaiser cuando sólo tenía 18 años. Durante los años que duró el secreto hizo una vida discreta junto a su esposo Piramo. Que había sido compensado con un cargo imperial en Bruselas. Pero al morir éste, Barbara -que contaba entonces 42 años- inició una vida libertina y despilfarradora a ojos de los castos ciudadanos belgas. Que empezaron a llamarle La Madama. Disponía de una pensión que le proporcionaba Felipe II por mediación del Duque de Alba. Pero sus escándalos eran frecuentes. El propio Don Juan de Austria los sufrió en propia carne cuando fue gobernador de los Paises Bajos. Y para evitar el descrédito convino su reclusión en España. Blomberg se negó en un principio a salir de aquel entorno, pero a la postre obedeció a su hijo. Primero estuvo dos años en un convento de Valladolid. Y después pasó a un pueblo cántabro llamado Colindres donde poseía casa blasonada la familia del primer secretario personal (Juan de Escobedo) del vencedor de Lepanto. Sobrevivió a Don Juan de Austria y murió a los 70 años en un pueblo (también de Cantabria) llamado Ambrosero. Desde entonces existe allí un barrio conocido como La Madama. Fue enterrada en el monasterio que los padres capuchinos poseen en Escalante. Pero su verdadera sepultura fue el confinamiento en España, donde se vio obligada a abandonar su vida licenciosa y a vivir el resto de sus años de manera recatada. El tren Alex tiene anunciada su salida para Múnich a las 17.46. Luce una tarde espléndida en Ratisbona. Con músicos ambulantes que amenizan sus calles con piezas clásicas. Dejo atrás la impresionante catedral gótica de San Pedro con sus dos torres gemelas en forma de agujas. Que es donde se recibía al kaiser cuando llegaba a la ciudad. Y hago una última parada antes de alcanzar la estación frente a la impresionante fachada neorococó del Park Maximilian Hotel. Centenario establecimiento que milagrosamente ha sobrevivido a las dos últimas guerras perdidas por Alemania. Carlos V reposa en El Escorial. Al igual que Don Juan de Austria, cuya tumba está cubierta por su propia escultura en cuerpo yacente. En Cuacos de Yuste queda el testigo del reconocimiento de un rey arrepentido que eligió aquel lugar como retiro. También 155 sepulturas añadidas de soldados alemanes muertos en acción de guerra. Entre ellos un humilde marinero dos veces honrado por Alemania cuyo cadáver arrojó el mar a una playa de Burriana.
Desvío amoroso. http://t.co/t6ImI7n Blog de Fernando Orgambides.
En el blog: Desvío amoroso: Cuacos de Yuste es un municipio de apenas 900 habitantes en la comarca cacereña de L… http://t.co/ZZehHjc
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Pude ver hace tiempo que en el cementerio Español de Larache, por cierto perfectamente cuidado, también hay tumbas de marinos alemanes de la I y II GM.
Has llegado hasta la bella Ratisbona y elegido a Barbara Blomberg como acompañante imaginaria por las calles de la ciudad. No se puede pedir más. Schöne post Fernando!
Una amena lección de historia, a través de tu paseo por las calles de la bella ciudad de Ratisbona.
Los alemanes suelen hacer siempre las cosas mejor que el resto, menos las guerras. Es impresionante como reconstruyeron sus ciudades en poco mas de veinte años.
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Me gusta leer tus historias es como ir a clase, me ha encantado la de la amante de CARLOS V,esfascinante lo que aprendo gracias
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FERNANDO, QUE ME GUSTARIA AHORA ESTAR EN ALEMANIA. ME DAN ENVIDIA TUS VIAJES.
Sabes elegir muy bien los lugares, maestro. Tu escrito es maravilloso, pero echo de menos que los compartas con una mujer y nos cuentes como se disfruta en compañía tan sensacionales parajes. Ensoñarías a tus lectores como si contaras de seguido un cuento, porque los lugares escogidos, Ratisbona por ejemplo, son de perderse… Yo conocí esa perfecta ciudad hace quince años. Me la has recordado y te lo agradezo, sin embargo quiero más.
Una bonita historía.
estimulante paseo con lección completa de historia. muy original, orgambides.
Has elegido una ruta preciosa y como siempre te has metido en las entrañas del lugar y sus personajes ,y, en este caso vaya personajes¡¡¡. Me ha gustado mucho, has hecho filigranas.
Realmente ese cementerio aleman esta en un lugar precioso, no tenia ni idea que los cadáveres de los soldados alemanes que mueren en el extranjero son enterrado alli donde cayeron en combate.
Es un lugar muy digno para descansar eternamente y muy bien elegido por estar cerca del monasterio de Yuste y del espiritu de Carlos I, muy presente en ese paraje.
¡Qué paseo tan bonito! Viajar con tus relatos es como viajar de tu mano por esos hermosos paises. Felicidades Fernando.
Siempre vi en el Danubio un rio que fluye al compas de los valses, tal vez por esa pieza tan maravillosa que es El Danubio Azul, hasta que un día de visita en Budapest me contaron que por su cauce fueron transportados en barcos muchos judíos camino de la muerte, durante la Segunda Guerra Mundial. No culpo al rio de eso crímenes, pero se me revuelve la sangre recordar o leer sobre su hermoso trazado y el paso por tan fantásticas ciudades sin que haya un recuerdo al holocausto y al crimen perpetrado por la Alemania nazi contra la Humanidad. Se que Alemania es otra Alemania y me alegro que haya prosperado y hoy viva en paz consigo misma y con los demás, pero hay cosas dificilmente de olvidar. Muy agradable tu paseo literario, pero nunca he estado en Ratisbona ni en el monasterio de Yuste. De Carlos V se lo que me enseñaron en el cole y aprendí en la Universitat. No me entusiasman los reyes ni los emperadores, prefiero que me gobiernen gente elegida libremente, aunque sean opuestos radicalmente a lo que pienso. Comprendo que entonces no pasaba, pero no nos olvidemos que en la Antigüedad (Grecia) y en el Medievo (Inglaterra) habían leyes que facilitaban la participación.
Fernando, gracias por ese recorrido historico.
Estoy de acuerdo con Mara, es como ir al colegio. Un saludo
Los personajes históricos y los hechos que llevaron a cabo, me despiertan un cierto recelo. Según las épocas o sus gobiernos los conocimientos se transmiten de manera oficial o muy interpretada. A Carlos V me lo han presentado siempre como un excelente monarca con una actuación ejemplar para nuestra historia. A más de construir un imperio, luchó a brazo partido a favor del catolicismo. Siempre lo he imaginado -y el cuadro de Tiziano lo confirma- como una mezcla de guerreo-peleón y monje-cartujo.
Esta historia de Bárbara Blomberg la sabía. Siempre he necesitado saberla. Era un monarca que siempre me quedaba incompleto. Necesitaba algo que lo humanizara.
Carlos V nos dio ejemplo, con el reconocimiento de su hijo y con el retiro espiritual que encontró entre los frailes de Yuste. No todos los Reyes han hecho lo mismo.
Como durante un mes no te he leído, hoy me han chocado de nuevo tantos puntos y seguido. Me resulta muy duro, pero no te lo critico porque comprendo que es tu estilo.
Tu viaje está muy bien pensado y el relato de su historia es atractiva y coherente, con una línea argumental magnífica.
Excelente artículo que nos muestra a través de la historia como pueden ser los imperios o estados de cambiantes. El imperio español de Carlos V era el dominante del mundo, el que imponia sus reglas, sus leyes, su religión etc. actualmente vemos lo insignificante que es nuestro pais,dependiendo de los mercados internacionales.Triste, muy triste
Hice hace unos añitos, una ruta de viaje parecida a la que tu has hecho, con tu artículo lo he refrescado y enriquecido, con el magnifico paseo por la historia .
Ahora en estos malos tiempos que corren, deberíamos aprender un poco del buen hacer y de la unión de los alemanes ante la adversidad y en vez de andar peleando por chorradas unirnos para salir de la maldita crisis.
Muchas lunas y muchos soles han pasado, desde que en nuestro imperio no se ponía el sol.
Ahora los españoles tenemos que empezar a pensar en emigrar de nuevo a Alemania, tanto la mano de obra, como los jóvenes muy preparados , que aquí tenemos muchos y muy talentosos, para abrirse un futuro. Como mínimo ahora nos valoran y nos tratan con mas respeto que en los años 60.
Me emociona leer tus artículos porque me despejo viajando mentalmente por esos lugares maravillo sos que describes y esas historias que me sirven de referencia para conocer mas de los lugares majestuosos que visitas.