La Orden Benedictina fue creada en 1893 por León XIII para agrupar a los cenobios de sus 21 congregaciones, cuyos orígenes se remontan al siglo VI cuando el presbítero Benito de Nursia [Umbría, 480] dictó la Santa regla. Y estableció su primer monasterio en Montecassino. De aquellas 21 congregaciones, solo dos radican actualmente en España: la italiana de Sabiaco [sublacense] y la francesa de Solesmes [solesmense]. Pertenecen a la misma familia monástica contemplativa, pero son independientes. Y gozan de autonomía jurídica. Sublacense es la abadía de Montserrat, uno de los bastiones históricos del catalanismo, ahora por la senda del separatismo. Y solesmense, la del Valle de los Caídos, último santuario franquista dentro de la España constitucional. Rige Monserrat un abad supremacista, Josep Maria Soler [Santa Eugènia del Ter, 1946], que recientemente visitó a los Jordi en la prisión de Soto del Real. Y preside la comunidad del Valle de los Caídos el abad Santiago Cantera [Madrid, 1972], amigo personal de la familia Franco, que se ha mostrado reticente a la exhumación de los restos de algunos combatientes de la guerra civil forzosamente allí enterrados. 
Montserrat y el Valle representan dos modelos diferentes, y a todas luces antagónicos, dentro de la Orden Benedictina. También arrastran historias diferentes, pues el cenobio catalán data del siglo XI, fue incendiado dos veces por las tropas napoleónicas, incautado por Companys durante la guerra civil y visitado después por Heinrich Himmler [jefe de las SS] justo el mismo día en que Hitler y Franco se entrevistaban en Hendaya. 1936 fue un año fatídico para Montserrat, pues 23 de sus monjes fueron fusilados por los anarquistas. Mientras el Valle es una obra personal de Franco, en donde yace desde 1975. El catalanismo late entre los muros de Montserrat desde los años 60. Pero también otras ideas, reflexiones y prácticas tanto sociales como de genero demasiado avanzadas para la jerarquía católica, algunas de las cuales han provocado periodos de elevada tensión al chocar piadosamente las reglas medievales de la Orden con la Constitución Española, que garantiza el derecho a la libertad sexual. El periodista Francesc Valls [Barcelona, 1954], informaba en 2000 de la renuncia inducida y traumática de dos abades -Cassià Maria Just [Barcelona, 1926] y Sebastià Bardolet [Torelló, 1934]- ante controversias sobre la vida sexual de una minoría de monjes. Mientras que otros periódicos, entre ellos El Mundo, revelaban en paralelo la existencia de un lobby rosa, así como de medidas preventivas para evitar prácticas pedrastras en la escolanía. “Amor, en el mundo tú eres un pecado ¡Mi beso en la punta chispeante del cuerno del diablo, mi beso que es credo sagrado! Espíritu en el horópter que pasa puro en su blasfemia¡”. [De la serie Cuaderno emérito, 2018].
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Cita literaria: Amor prohibido, de Cesar Vallejo. Ilustración: Tres monjes bebiendo cerveza, óleo de Eduard Grützner.
