Calígula fue el tercer emperador de Roma. Era el primogénito de Germánico, valeroso general e hijo adoptivo de Tiberio. Desde niño estaba acostumbrado a convivir con las legiones romanas puesto que acompañaba a su padre en las expediciones. Calzaba las mismas sandalias que los soldados, las caligae (cáligas). De ahí que Cayo Cesar -su nombre real- fuera también conocido como Calígula, que es el diminutivo latino de cáliga. Muerto primero Germánico -y después Tiberio-, heredó el Imperio. Pero compartido con su primo Tiberio Gemelo, a quien mandó asesinar al poco tiempo convirtiéndose en emperador absoluto con sólo 25 años. Gobernó sólo cuatro, pero fue tan cruel, perverso y degenerado que da la impresión que su sangriento (e incestuoso) paso por la historia de Roma constituyó toda una era. Y fue también tan enfermizo su delirio que se creyó Júpiter. E incluso Hércules o Venus. Obligando al Senado (y al pueblo) a rendirle culto por sentirse superior al hombre. Murió asesinado al igual que Julio Cesar. En una conspiración de guardias pretorianos liderada por su jefe, Casio Quereas. Harto de las burlas que Calígula le sometía en público. Pero animado también a reinstaurar la República. Lo que resultó fallido, puesto que a Calígula le sustituyó su tío Claudio. Que lo vengó dando muerte a su asesino. En 1944, Albert Camús lleva a Calígula al teatro en un pieza que en un principio parecía haber nacido de las mismas entrañas del existencialismo. Pero que 66 años después se ha convertido en un clásico del teatro grecolatino. Que denuncia la perversión. Y que invita a una reflexión sobre el poder de los hombres. La existencia o no del amor. La libertad, la justicia y los totalitarismos.
Agosto, 2010. He estado en el estreno de Calígula en el Teatro Romano de Mérida por parte de la compañía L’Om-Imprevís. En una noche apacible. Y en un marco único como el que conforma este recinto pétreo. Considerado uno de los doce tesoros de España. Y que desde hace 56 años convoca cada verano a un festival de teatro clásico muy exigente consigo mismo. He ocupado localidad de orchestra. Que era el semicírculo inferior del graderío al que acudían los senadores de esta primitiva Colonia Augusta Emérita. La Mérida que fundara Augusto en el 25 a.c. como ciudad-puente de retiro para soldados licenciados de la V (Alaudae) y X legión (Gemina). Y que poco tiempo después se convirtió en capital de Lusitania. Camús nació en una familia de pied-noirs de la Argelia francesa. De padre viticultor y madre analfabeta y sorda, España estuvo de alguna forma presente en su vida. De hecho su madre era originaria de Menorca. Y la mujer que le acompañó en el lecho hasta su muerte (1960) fue María Casares, la gran actriz del exilio español en Francia. Hija de Casares Quiroga, jefe del último gobierno de la II República antes del levantamiento militar. Convencido estoy de que al nóbel le habría encantado que María Casares hubiera representado en este Teatro Romano el papel de Cesonia. La cuarta mujer de Calígula. Como hiciera Margarita Xirgu en 1933 al encarnar a Medea en Séneca. La obra adaptada por Miguel de Unamuno con la que se restablecieron las representaciones en Mérida. Con Manuel Azaña ocupando asiento de orchestra. Pero el papel de Cesonia ha correspondido esta noche a la jovencísima actriz hernaniarra Garbiñe Insausti. Una de las grandes promesas del teatro español.
Presenciar un clásico como Caligula en el Teatro Romano roza la magia. Invita a una regresión en el tiempo. E involucra al espectador en la trama. He experimentado estas tres sensaciones con la obra de Camús. Dirigida en esta ocasión por el creador valenciano Santiago Sánchez. El director que introdujo en España los match de improvisación teatral. Y con Sandro Cordero como Calígula. Actor asturiano que ya ha representado para L’Om-Imprebís papeles recios. Galileo. Don Quijote. Y Don Juan. Esta es la sexta vez que este depravado emperador que pretendía apoderarse de la Luna sube al escenario emeritense. La primera fue en 1963 con José María Rodero como actor principal. Que repitió en 1982 bajo la dirección de Luis Balaguer. Luego lo hicieron Imanol Arias (1990), Luis Merlo (1994) y el actor cubano Fernando Hechavarría (2007). Los actores del reparto (12) constituyen en el escenario una conjunción de equilibrios pero, tras el emperador (Sandro Cordero) y Cesonia (Garbiñe Isausti), el papel más llamativo es el de Helicón. El liberto que defiende a Calígula frente a los conspiradores. Y que encarna el actor guineano Gorsy Edú. Cuyas manos dan calidad artística al percusionismo africano que acompaña a la obra. Que ha llegado al Teatro Romano con más de cien representaciones tras su estreno nacional en Sevilla en 2009. Con cinco minutos de aplausos el público ha despedido esta noche a los actores (y al director) de Calígula. Que han cumplimentado la ovación al reflejo de antorchas de fuego ubicadas bajo el pulpitum (o escenario). Y al abrigo del frons scaenae (o frente de escena), cuyos dos cuerpos de columnas corintias han permanecido artisticamente iluminados durante la función. Poco a poco el público va desalojando las gradas. Aunque allí se queda como siempre la estatua sedente de Ceres. La diosa agrícola que preside el teatro. Y que con esta son ya seis las veces que ha visto a Calígula morir en Mérida a manos de sus pretorianos.
Estreno de Calígula en el Teatro Romano de Mérida.
http://www.fernandoorgambides.com/2010/08/13/caligula-en-merida/
En el blog: Calígula en Mérida: Calígula fue el tercer emperador de Roma. Era el primogénito de Germánico, valeros… http://bit.ly/aLqwVI
Debió se fascinante ese estreno nocturno. Ya me contaron que cuando se estrenó “Lisítrata” a finales de julio el teatro tuvo que poner el cartel de “no hay billetes”. Me alegro de que se lo haya pasado tan bien como lo cuenta en su artículo, Orgambides. En Extremadura intentamos hacer las cosas lo mejor posible y a veces nos sale. Cordial saludo.
Ese chaval Sandro Cordero es paisano de Cudillero; el abuelo era minero.
Esta Ceres a la que te refieres también se lo montó de forma incestuosa. Compartió cama con su hermano Jupiter y de su amor incestuoso nació Proserpina. Así que Calígula no fue el único.
HOLA, FERNANDO. VAYA HISTORIA MAS INTERESANTE NOS HAS CONTADO HOY, CON EL TEATRO ROMANO DE FONDO Y CALIGULA DE PROTAGONISTA. SABES QUE CALIGULA ENLOQUECIO TRAS LA MUERTE DE SU HERMANA, QUE ERA TAMBIEN SU AMANTE. COMO TAMBIEN LO FUERON LAS OTRAS DOS HERMANAS QUE TENIA. PENSABA EL ELEMENTO QUE MANTENER RELACIONES CON SUS HERMANAS LE CONFERIA CIERTA DIVINIDAD.
Es Lisistrata, Manu.
Lo sé, señor Fran. Es que me comí la s.
Sorry y agradecido, caballero.
Hola, don Fernando. Soy Palma, la mujer de Manu. Estamos en Algeciras con la familia. Playita en el Rinconcillo y cenita ahora en Palmones. Estoy escribiendo desde su ordenador portatil y con su clave, por lo que posiblemente vuelva a salir el nombre de Manu aunque yo en donde dice nombre he puesto Palma. Veremos que sale. Mi intención es felicitarle por este artículo de Calígula y el Teatro Romano de Mérida, que me ha gustado mucho. Una de mis ilusiones es precisamente, porque me gusta cantidad el teatro, ir algún verano a ver alguna función en Mérida o en Alcantara, donde también se celebra un festival con obras de clásicos del Siglo de Oro. Aunque tengamos que volver de noche después a Trujillo. Este año va a ser que no, porque nos vamos a quedar en Algeciras hasta el ventitantos y luego nos vamos de viaje por el Levante. Así que el año que viene seguro que vamos y a lo mejor coincidimos. Enhorabuena y que pase felices vacaciones. Nos dijo que iba a pasar por Trujillo camino de Hervás ¿Cuando?
Palma. 14-VIII-2010
Que buena la obra de caligula me gusta tu relato y visto desde el mismo teatro de Roma debe ser fantastico y emocionante esta historia.
Bueno Fernando como siempre felicidades por tan maravillosos relatos de tus viajes y aventuras, que tengas una feliz vacacion.
OS PREMIOS DO TEATRO DO A CORUÑA LEVAN EL NOME DO MARIA CASARES, QUE ES FILLA PREDILECTA DESTA CIDADE.
Interesante historia.
Hace años que tengo ganas de ir a ver una representación clásica en el Teatro Romano de Mérida. Especialmente por sentir esa sensación casi mágica de la que hablas, que imagino perfectamente y mucho más ahora después de leerte. Existe. Hay que ir. Gracias!!!
Algún día podré ver a ver esta espléndida obra del pied-noir Nobel!
El Calígula de Camus es SU muy especial versión del que realmente existió. Más que un depravado o un dictador clásico, es un hombre que siente que el mundo no está bien y para remediarlo, decide ejercer el poder sin límites..
El Calígula de Camus es, sin duda, una de las grandes obras del teatro del siglo pasado, pero no habla de los totalitarismos, sino de otra tiranía: de la económica…
Cito a Santigo Sánchez el año pasado cuando estrenó esta misma obra, creo q en el mismo lugar: “La obra se estrenó en París en septiembre de 1945 y algunos lo entendieron como la reacción de Camus ante los totalitarismos, pero en realidad él la escribió entre 1938 y 1939, la revisó para el estreno y la volvió a tocar en 1957 y, desgraciadamente, murió en 1960; de lo contrario estoy seguro de que la habría vuelto a revisar”.
De acuerdo contigo, estimada María Lourdes, que supongo eres la amiga “nica” de Fernando. La obra de Camús es una critica a la tiranía económica, pero acaso eso no es un totalitarismo. Calígula ya de por sí era un perverso dictador antes de queexistiera Hitler.
Un saludo desde Barcelona.
Odio a este personaje histórico y no me interesa nada que esté en el teatro a través de Albert Camús o en el cine con la película polémica de Tito Brass. Calígula fue un demente y un degenerado. Obligó que a todas las esposas de los dignatarios romanos de su “corte·a que se prostituyeran y las elegía a discreción delante de sus maridos para después violarla y contar en público la experiencia. Vomitivo del todo.
debió ser un lujazo estar ahí en el teatro romano de merida presenciando caligula.
no conozco ese teatro ni tampoco merida, aunque llevo oyendo toda la vida de ese festival de teatro clasico y no me queda mas remedio que decidirme un verano. espero que sea el proximo, si hay salud y el monedero no me traiciona
si conozco la compañía de l’om imprevis y puedo dar fe de su profesionalidad y de su buen hacer en el teatro, sin aspavientos. es gente muy comprometida la que elige siempre santiago sánchez y con ese reparto lleva ya unos años.
trabajan con teatres de la generalitat valenciana y viajan por toda españa. fíjate que estrenaron esta obra de calígula en septiembre del año pasado en el teatro lope de vega de sevilla y como dices llevan máa de cien representaciones en toda españa, incluida madrid donde estuvieron anunciados en el fernan gomez.
mis felicitaciones a la compañía, a santiago sánchez y a ti por tu artículo.
Verano viajero, amigo Orgambides.
Saludos globales desde Denia.
De tu relato de hoy me quedo con dos cosas: el Calígula de Camus y la atmósfera inigualable que se crea alrededor de cualquier obra representada en el teatro romano de Mérida. Y si mezclamos ambas, ¿qué decir? Pues lo mismo que tú: presenciar un clásico como Caligula en el Teatro Romano roza la magia. Queda dicho.
Se cumplen en este 2010 cincuenta años de la muerte de Albert Camus, un autor por el que confieso tener una debilidad inconfesable y permanente. Me cautivó desde la primera línea de la primera obra que le leí obligada por un trabajo de Literatura en mis clases de bachillerato, El Mito de Sísifo. Leí… No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, sino que apura el recurso hacedero… y quedé enganchada. Hasta hoy. Algo del todo comprensible, sin duda, porque lo que me atrajo de su Sísifo está presente en todas sus obras, sean ensayos, novelas, dramas o artículos periodísticos… la tensión permanente entre lo inevitable y lo injustificable, entre las ganas de ser feliz y la imposibilidad de acceder a una felicidad plena o la cuestión siempre inconclusa de si el fin justifica los medios y los estragos que ocasionan las ideas impuestas a la fuerza.
Esto es lo que siempre, cada vez, más me sorprende y me seduce de Camus que, ya fuera entonces o decenas de años después de escritas sus obras, nos sitúa frente a cuestiones de plena actualidad. Y su Calígula no es una excepción, que esos diálogos excepcionalmente bien escritos –como dijo Sartre, enemigo íntimo, Camus escribe demasiado bien…- conservan plena su vigencia.
Tengo la sensación de que se vale y utiliza la figura de uno de los más sanguinarios y delirantes nombres de la historia como excusa para llevar su particular argumentario hasta el límite. Y ese emperador, al que enciclopedias y cineastas –la película de Tito Brass mala hasta doler, pero qué pedazo Calígula que se marcó Malcom Macdowel- pintan como a un loco depravado, que lo fue, se convierte gracias a Camus en un lunático idealista. Una obra bellísima cuyo protagonista es, menuda paradoja!, un hijo de la gran puta…
“… Helicón: No te ofendas, Cayo, por lo que voy a decirte. Pero deberías descansar primero.
Calígula: No es posible Helicón, ya nunca será posible.
Helicón: ¿Y por qué no?
Calígula: Si duermo ¿Quién me dará la luna…?
Helicón: Eso es verdad.
Calígula: Escucha Helicón. Oigo pasos y rumor de voces. Guardad silencio y olvida que acabas de verme.
Helicón: He comprendido.
Calígula: Y te lo ruego: en adelante ayúdame.
Helicón: No tengo razones para no hacerlo, Cayo. Pero yo sé muchas cosas y hay pocas que me interesen. ¿En qué puedo ayudarte?
Calígula: En lo imposible.
Helicón: Haré lo que pueda…”
Bueno… yo escucho y veo, y saboreo algo así, a la intemperie, de noche, con el Teatro Romano vestido de luces y sombras estratégicamente colocadas y, no sé, se me hacen migas los huesos. Que presenciar un clásico como Caligula en el Teatro Romano roza la magia, nos dices… Pues eso.
Pero creo que voy a dejar de seguir tu blog y tus relatos, Fernando, que cada vez, me muero de envidia. Y eso, no tiene que ser bueno! …(sonrío)… Zorionak, maestro!
MANTENIENDO EL TIPO EN AGOSTO.
UN ABRAZO DESDE AVILA.
BOSCO.
Buena elección, Fernando, Extremadura, teatro clásico, jamón y lomo del bueno, la torta castuera y excelente vino, aunque no es tiempo de pitarra. Compruebo que Calígula tiene más éxito que lo que suponía, pero no es un personaje que me interese demasiado. Del teatro clásico prefiero a Edipo. Tu artículo, como siempre: cinco jotas. Un abrazo.
Estimado Sr. Me ha parecido exquisito su artículo sobre Calígula, me puse a buscar en la Red curioseando por ver cómo les había ido en Mérida, yo estuve en las funciones que hicieron en Alcalá de Henares y me gustó mucho. Un saludo.
Me gustaría ver esta obra. Sabes por qué ciudades contuinua la gira. En septiembre-octubre si es posible. Muchas gracias.
A mi también me habría encantado estar en ese estreno de Calígula en Mérida. Debió ser maravilloso estar en esas localidades al ras de la orquesta. Enhorabuena.desde El Palmar, Cádiz.
pués en la obra de teatro no parece tan malvado y tan degenerado como lo registra la historia
Los Calígulas han seguido existiendo desde entonces y aún siguen haciendonos difícil la vida. Siempre han sido muy poderosos e incluso divinos, por eso solo mueren en el teatro y no en la vida cotidiana. Los seguiremos sufriendo.
destestable el personaje.
No dudo del momento mágico que vivió el autor en el teatro Romano de Mérida y me encantaría leer de qué manera se involucró en la trama,
En cualquier caso, sana envidia.
Fernando, me dejas impresionado con este artículo. Yo vi la obra antes que tu, en el Castillo de Niebla, que también es una marco maravilloso. Tu artículo es muy detallado y descriptivo y me pregunto como puedes contar tantas cosas y tan bien ordenadas en tan pocas líneas. Admirable, amigo mio. Así sois los periodistas. Este clásico de Camús se lo recomiendo a todo el mundo porque es una reflexión sobre lo que no puede volver a repetirse.
y de lo que nunca debió suceder
JUVENAL DICE QUE CALIGULA BEBIO UNA POCION Y SE VOLVIO LOCO, PERO OTROS CONTEMPORANEOS SUYOS ASEGURAN QUE PADECIO EPILEPSIA Y NO LA PODIA SOSPORTAR, ASI QUE DE AHI LE VENDRIA PARTE DE SU CRUELDAD. LA OTRA PARTE DEBERIA SER GENETICA. LO CIERTO ES QUE FUE UN PERSONAJE TERRORIFICO QUE TERMINO SIENDO ASESINADO POR SU TIRANIA.
Me gusta su blog, Orgambides, y que interesante haber estado ahí viendo esa obra de teatro.
Conozco ese teatro, fantástico lugar para disfrutar de una buena obra clásica.
Me imagino las sensaciones que te llegarían durante la representación en tan privilegiado marco. Enhorabuena por elegir lugares mágicos y contarnoslo después.
Me gusta más el cine que el teatro pero estar ahí debe ser un punto.
Uno de los privilegios que nos brinda el Teatro Romano de Mérida , es la irrefrenable sensación de viajar a otra época . Nos brina la oportunidad de vivir con singular intensidad las obras clásicas, fuente de la Literatura Universal.
Yo tuve la oportunidad de asistir en otras ediciones, en noches despejadas de luna llenaa ese maravilloso teatro. Recuerdo con especial emoción a Nuria Espert, en “Medea, ” de Eurípides y a Blanca Portillo, que tomó el testigo de Nuria, quien a su vez, por cierto, tomó el testigo de Margarita Xirgú, la actriz que en 1934 reapareció en el Teatro Romano de Mérida, para recuperar su tradición.
He visto “Las Troyanas” de Eurípides y a principios de la década de los noventa a “Comediants” con un delicioso espectáculo sobre la evolución de la Humanidad.
Perece mentira que tengamos tan cerca ese extraordinario escenario y que en conjunto sean tan pocos los españoles que lo conocen en su esplendor veraniego.
Ese teatro es único en en el Mundo, como tesoro arquitéctonico y como lugar de representaciones. Si a eso unes una buena temperatura nocturna en agosto, rematas la jugada. Que afortunado has sido, Orgambides. Calígula, toda una obra maestra. Saludos a todos.
TUVO QUE SER UNA MARAVILLA VER ESA OBRA ALLI MISMO.
Por qué no escribes sobre la monstruosidad que han hecho en el Teatro de Sagunto?
¡Penoso y vergonzoso!
Te felicito.
NO CREES QUE ESE FESTIVAL DE TEATRO CLASICO DE MERIDA NO ESTA LO SUFICIENTEMENTE DIFUNDIDO O PUBLICITADO. ECHO DE MENOS INFORMACION AL RESPECTO EN LA PRENSA DE BARCELONA, TIPO VANGUARDIA O PERIODICO. ESTOY CONVENCIDO QUE ENGANCHARIA PUBLICO DE AQUI PUESTO QUE EN VACACIONES HAYA CATALANES POR TODAS LAS CARRETERAS DE ESPAÑA Y DESPLAZARSE A MERIDA PODRIA RESULTAR MUY ATRACTIVO, DADA LA VECINDAD CON PORTUGAL E INCLUSO CON LA BAJA ANDALUCIA. SERIA INTERESANTE QUE SUPIERAN ESTO LOS PROMOTORES DEL FESTIVAL. GRS.
MI ABUELA NACIO EN MERIDA; AHORA QUE LA RECUERDO ERA TODA UNA MUJER ROMANA.